EL MONACATO COMO UN MOVIMIENTO DE VIDA
Lic. Teología.
Jesús Manzano Plaza
06/2013
Patriarcal Ateneo San Marcos
Uno de los Monasterios de Meteora ("Monasterios arriba del cielo") situados en el norte de Grecia, llanura de Tesalía, construidos alrededor del Siglo XIV
El Monacato se
puede comprender como un movimiento que traspasa las mismas fronteras del
monasterio, del simple lugar físico, incluso va más allá de un fenómeno
religioso como tal. Como un movimiento o nueva tendencia, el monacato está
originado en el rechazo a la forma como el cristianismo se empezó a organizar, vinculado
al carácter mismo del estado romano como una estructura política. Esta
situación hace que el emperador Constantino, que aprueba la religión, como
religión oficial del imperio, pase los privilegios de las religiones paganas
como estaba acostumbrado, al cristianismo. Si se es más fiel a la forma como se
originó la vida cristiana desde los criterios del evangelio, no hay una mayor relación
con el espíritu que inició Jesús y que siguieron las primeras comunidades
cristianas, con este nuevo matiz del estado, perdiéndose así este espíritu del
evangelio.
Si vamos más allá y
vemos la vida de los obispos cuando la
religión se hace religión de estado, la
vida se da desde excesos de riqueza, privilegio social y político. Es claro que
el inicio de esta clase de situaciones tiene que tener una voz de rechazo y de
cambio que se van consolidando en los discursos de San Jerónimo, un ejemplo de
vida ascética y de una teología clara sobre esta, que trae consigo discípulos y
una forma más cercana a los inicios de la vida cristiana. También podemos
citar, a mujeres de Roma, de grandes familias, que en este tiempo de San Jerónimo,
ya practicaban costumbres ascéticas como Paula y Marcela considerando a esta última
como ¨introductora de la vida monástica¨.[1]
Este tipo de ascetismo empieza a tener una forma de contacto con otras regiones
y a ampliarse, como en Egipto e Hispania. Igualmente también se formaron
células ascéticas de diferentes estratos sociales de la sociedad romana. Los
escritos de S. Atanasio sobre la vida de Antonio, ayudan a que este movimiento
se viva en otras regiones al poderse leer un testimonio de la vida eremítica en
los lugares donde se desconocía. Es claro que como todo un movimiento que
podríamos llamar revolucionario en la época y en el tipo de sociedad fue
perseguido por las mismas familias y juzgado por razones sociales ya que dar
las riquezas a los pobres para vivir un movimiento ascético no era fácil de
comprender si no se tenía buen conocimiento y más aún,
una opción fundamental desde los valores del evangelio y las virtudes de vida.
Monasterio Simono Petras ("Simón es Piedra") fundado en el siglo XIV, esta situado en el Monte Athos, sitio donde se erigen mas de 20 monasterios en su gran mayoría antiguos.
Tanto en oriente
como en occidente se da este movimiento del monacato, muchos de los que se
hacen monjes ya antes habian tenido una vida, profesiones, bienes, matrimonio…
otros jóvenes también inician una vida de monjes, otros son padres cristianos y
otros nacen del paganismo. He definido este movimiento como un movimiento de
vida, pues viene de Jesús mismo, de la comprensión del evangelio sobre las
renuncias que se deben hacer para alcanzar una vida más plena, espiritual,
también porque de alguna forma esa originalidad y espíritu de la vida cristiana
se iba muriendo con el peso de la estructura política y de estado, con la vida
pagana de los romanos y con la poca hermenéutica o más bien falta de criterio,
de claridad, de sentido y finalidad de la vida cristiana.
Un elemento
importante que empieza a gestarse para las personas que toman la iniciativa de
la vida ascética y para el monje, es el
desprecio por las riquezas, como una forma de rechazo a la escala de valores de
la sociedad romana. Otro elemento es precisamente el rechazo de los valores
clásicos de la sociedad romana ya que el cristianismo se ve entrecruzado y
mezclado con la cultura pagana, el monacato es un rechazo al mundo de toda la
cultura grecorromana, al lujo, al egoísmo a la ciencia mundana, al ansia del
poder y de ocupar cargos civiles… de ello es un buen ejemplo Melania, la joven
según los relatos de Geroncio, ¨el peso de tan grandes riquezas perecederas
ocasionan la muerte¨.[2]
Por ello hay una
razón lógica de retirarse al desierto, esta es precisamente huir de este tipo
de vida romana, aunque muchos de los ascetas como en la región siria llevaron
un tipo de vida al extremo hasta la muerte. Otra característica del monje es el
vestido, confeccionado de un material áspero sin adornos. La austeridad en la
comida es un buen rechazo a la forma como eran explotadas las clases pobres a
costa de que las ricas llevaran una vida exageradamente opulenta, para ello
hacían mucho ayuno y su comida era mínima y frugal un poco a ejemplo de Juan Bautista
y Jesús en el desierto y en la forma de vida que siempre llevó. La necesidad de
la caridad con el prójimo, hace que no estén desconectados de la vida y
sufrimientos de las personas, estos llamados también anacoretas y cenobitas, se
preocupaban fuertemente por la situación social del bajo imperio que era
desastrosa. Estos viajaban, atendían enfermos, a los presos, a los necesitados,
daban limosnas como en el caso de Melania que las enviaba a otros países
vendiendo sus posesiones para hacer labores sociales y ayudar a los
monasterios. También era una forma fuerte de oposición a la cultura pagana
frente al conocimiento literario. Antonio como fundador de los monjes, no aprendía
más lenguas que la nativa para no contaminarse de la cultura, los monjes vivían
un tipo de analfabetismo con esa razón. Otro elemento era evitar tener cargos
que traían consigo poderes, riquezas y títulos, incluso como en el obispado que
pasará de padres a hijos. El monacato rechaza los cargos eclesiásticos, de la
misma manera que el rechazo del control del emperador sobre la iglesia o
servilismo de los obispos, de igual manera también personalidades eclesiásticas
que quisieron vivir el monacato fueron rechazados ya que no cambiaban muchas de
las costumbres con las que venían.
La bandera del Imperio Bizantino todavía flamea sobre los antiguos monasterios y skete (comunidad de ermitaños) del Monte Athos
Es importante
resaltar que los monjes vivían de su propio trabajo, desde diferentes oficios,
esto ayudó al mismo crecimiento de los monasterios, en ellos se ve la
importancia de no perder el horizonte con el cual se inició ya que estos crecen
y se organizan fructíferamente. Un elemento muy importante que podemos resaltar
es la riqueza litúrgica que surge en la vida del monasterio, los monjes se
dedican a la plegaria, la salmodia, a una vida de oración en varios momentos
del día, viviendo una absoluta independencia, no solo de la situación social y
política de la cultura, sino también de la estructura religiosa, el monacato es
un símbolo de rechazo y de un nuevo orden desde lo político, lo social y
religioso que da un interesante giro a la vida cristiana.
Una
buena lectura que podemos hacer del movimiento monástico es el lugar que ocupa
la Teología para este desde una comprensión desde oriente. Por ejemplo para John
Binns, si nos situamos desde oriente, el teólogo es el hombre que se dedica a
experimentar a Dios, no a discutir sobre Dios, y el monasterio es el lugar
teológico.[3]
Este autor nos recuerda lo importante que ha sido el monasterio para la
iglesia, y aunque en el mundo oriental en algunos lugares a parecido
desaparecer por unos tiempos, siempre encuentra la forma de volver a
figurar. Binns, dirá que el monasterio
es un ámbito de celebración litúrgica, que se fue convirtiendo en el centro de
fortaleza espiritual para todos los creyentes, también es un centro de
educación y estudio para las personas, aporta los futuros líderes, ya que solo
de allí se pasa a la consagración de obispo, también son centros de hospedaje y
espiritualidad, y centros de actividad
económica que proporcionan empleo a la población local en las tierras del
monasterio. Una
experiencia significativa para el origen del monasterio lo presenta el presente
autor en la vida de Antonio de Egipto diciendo; ¨El honor de haber sido el primer monje se concede generalmente a Antonio de Egipto (ea. 250-356),¨ [4] aunque
es posible encontrar ejemplos anteriores de este estilo de vida, según el autor
desde su juventud en Egipto, Antonio se sintió conmocionado por dos pasajes de
las Escrituras que escuchó en la iglesia: «Si quieres ser perfecto, ve, vende
tus posesiones, y da tu dinero a los pobres... y después ven, sígueme», y «no
te preocupes por el mañana» (Mt 19, 21; 6, 34). Muchas personas siguen el
ejemplo de este hombre que dedica su vida, ¨al
combate ascético, en lo profundo del desierto¨.
En las montañas de Asia Menor y Europa del Oeste, se pueden hallar antiguos monasterios ya abandonados que fueron construidos sobre la roca de las montañas y que supieron habitar cientos de monjes
El segundo
personaje es Pacomio, que atrajo mucho por el modo cristiano de vivir, desde
una experiencia de caridad y amor que ve en una comunidad. ¨ El movimiento monástico surgió como
institución identificable en los cien años posteriores a las vidas de los dos
primeros santos monásticos, Antonio y Pacomio¨.[5] El
autor nos dice que es bueno comprender el surgimiento del monacato
como una respuesta a la respetabilidad y universalidad del cristianismo. Diferente
a una iglesia del imperio, el monasterio seguía el estilo de una comunidad
diferenciada como en el inicio del cristianismo, que desde el amor fraterno
siguen el proyecto de Dios, con unos elementos muy sencillos en su forma de
vida, aunque también con una vida activa en la sociedad desde la solidaridad
con los necesitados y los enfermos, que a la vez hacían desarrollar sus
alrededores en el trabajo y el comercio, tanto que el mismo imperio tuvo que
reconocer su importancia, en cuanto al bienestar social que proporcionaban como
en la generación de empleo, y para la extensión de las fronteras del mismo, se podría
decir que fue una forma de confrontar y a la vez de apoyar al gobierno, pero
fundamentalmente lo importante de los monasterios es que ocuparon un lugar
fundamental en la vida, no solo de la iglesia sino de la misma sociedad.
Entre las
características propias de vida del monasterio cito las palabras de Binns donde
se expresa las dos formas esenciales de vivir el monacato: ¨ Dentro del monacato existen dos formas
diferenciadas de vida. Esto se puede observar comparando las vidas de Antonio y
Pacomio, y también podría entenderse que representa los dos grandes
mandamientos de Cristo: en primer lugar, amar a Dios con todo el corazón, alma,
mente y fuerza. Y en segundo lugar, amar al prójimo como a uno mismo. El
primero se corresponde con la vida de los ermitaños, o eremítica (del griego eremos, que significa tierra
despoblada o naturaleza virgen). Y el segundo es la vida comunal, o cenobítica
(del griego koinos bios, o vida
en común). Para el eremita, seguir a Cristo significaba abandonar el mundo y
vivir en soledad, siguiendo el ejemplo de Elías, o de Juan el Bautista, y de
otros moradores del desierto, aunque esto no significaba necesariamente
apartarse de los vecinos, puesto que la plegaria por éstos es una de las formas
de amor al prójimo. Para el monje que se encuentra en un cenobio, o comunidad
monástica, la vida cristiana estaba basada en el amor, y el amor sólo podía ser
eficaz dentro de una comunidad ¨.[6]
Catedral Metropolitana de San Pedro y San Pablo de la Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en la ciudad de San Pablo, República Federativa de Brasil - La misma es sede del Monasterio de la Venerable Orden de los Padre Eucaristinos.
En cuanto
al sentido de la soledad para el monje su significado, no solo corresponde a una
persona soltera, sino también a una persona decidida. Aunque también se habla
de una tercera forma, la Laurita que estaría cercana a la traducción, sendero,
en el que confluyen las diferentes ramas, los elementos comunes del monacato
como movimiento de vida, siendo esta una integración de la vida de soledad y la
vida de comunidad. Estas formas de
vida se extienden por todo oriente, pero también crece hacia occidente con Juan
Casiano, un sacerdote asceta gran viajero, que fundó la abadía de San Víctor de
Marsella hacia el siglo V. Posteriormente el monje, S. Benito, escribe una regla destinada a los monjes que
permite dar criterios de unidad en los monasterios convirtiéndose en una de las
más influyentes. ¨ La Regla de san Benito
se convirtió en el modelo para toda la vida monástica en el Occidente. De
hecho, en el Oeste, el término de «monje» se reserva generalmente para quienes
siguen alguna de las formas de la Regla Benedictina ¨.[7]
El
monasterio también produjo escritores que fueron guías de la vida ascética, ¨uno de los maestros de la vida espiritual
más ampliamente leídos, fue Evagrio quien dirá: El propósito de la vida
cristiana es el de recuperar la unidad de la mente con Dios, lo que se logra a
medida que gradualmente nos liberamos de la prisión del cuerpo, y permitimos
que nuestros intelectos retornen a su origen, y es en esto en lo que radica
nuestra salvación¨.[8] Este
colocará los conceptos clásicos de la espiritualidad cristiana. Debido a la
amplitud del movimiento monástico solo se ha citado un breve resumen que trata
dar darnos un pequeño marco de lo que significó para la vida cristiana del
momento y lo que nos enseña para nuestro tiempo el monacato.
Catedral/Monasterio en San Pablo (Brasil) de la Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero, sede de la Venerable Orden de los Padres Eucaristinos
El
monacato como un movimiento de vida cristiana deja una profunda reflexión a la
dirección que tomó el cristianismo con el imperio, a la importancia de una fe
exigente y seria, a la comprensión que se puede tener de teología como simple
razonar de Dios, más que de vivir e interpretar la gracia de Dios en la vida, y
de la compleja relación que hacemos con el evangelio en la cultura. Más allá de
que la vida de las sociedades y culturas le aporten variedad de elementos a la
vida cristiana, en ella ya hay una esencia que da vida al contexto social y
responde a una variedad de situaciones sin ser diferente a la vida misma. El
monacato no solo fue un movimiento revolucionario contra el cristianismo
impregnado del imperio, también aporto a ese tipo de vida una visión diferente
de desarrollo, sin confundir los fines con los medios. El monacato es un
movimiento de vida, personal, común, para la iglesia y para todo aquel que
siente una relación de unidad profunda con Dios, en la búsqueda de una vida más
allá de lo contingente y lábil de la existencia humana a través de la fe.
[1] Blázquez José María, Intelectuales,
ascetas y demonios al final de la antigüedad, Ediciones Cátedra S.A 1998,
Pág. 233
[2] Cf. Ibíd., Pág. 239
[3] Cf. Binns, John, Las Iglesias Cristianas Ortodoxas, Ed.
Akal – Madrid – España – 2009. Pág. 2
[4] Ibíd. Pág. 3
[5] Binns, Op cit. 3, Pág., 5
[6] ibíd., Pág. 8
[7] Ibíd. Pág. 12
[8] Ibíd. Pág. 15
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