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EL QUINTO ESTADO EN LA
RUSIA CONTEMPORÁNEA
Máscara y Rostro del neo-imperialismo ruso
Icono de San Alexander Nevsky, simbolo de una etapa dorada de la Santa Rusia.
1. Objetivo del presente escrito
El propósito de este escrito es dilucidar la situación actual de la Rusia
contemporánea (el “rostro”), pero principalmente sobre las percepciones que se
tiene sobre la misma (la “máscara”) como un actor en el juego estratégico de
las relaciones internacionales.
El marco de análisis para adentrarnos en este tema no puede ser de otro que el
provisto por el pensamiento tradicional, a través de la Doctrina de la Regresión de las Castas (1), forma de abordaje de la Historia (contraria a la “evolutiva”,
“progresista” introducida en el siglo XVIII y XIX). La Historia tal como
la conocemos es “involutiva” porque se aparta de los principios supremos que
emanan de lo ALTO y que ha sido plasmado en las diferentes tradiciones
religiosas y metafísicas de un pasado que se pierde en la niebla de los
tiempos. Existen por lo tanto cuatro eras, denominadas –por ejemplo- por
Hesíodo como la de Oro, Plata, Bronce y la era de hierro (2) . De esta manera, los principios más elevados de la
Tradición Primordial se ubican en la primera Era, sucediendo luego una “caída”
de los mismos hasta llegar al ciclo final de desintegración, que es el que
actualmente vive la humanidad. Dicha concepción está también unida a la
Idea del Estado que para el pensador tradicionalista italiano, Julius
Evola, es “comprendido no sólo como
mero organismo, sino principalmente como organismo espiritualizado, capaz de
elevar por grados desde una vida fisicista casi prepersonal a una vida
sobrenatural y suprapersonal a través de un sistema de ‘participaciones’ y de
subordinaciones aptas para remitir constantemente toda clase de seres y todo
tipo de actividad a un único eje central” (3).
Aislaremos con fines pedagógicos la historia de Rusia a partir de su conversión
oficial en el año 988 con San Vladimiro el Grande, hasta los
tiempos presentes (2013), aplicándoles la "doctrina de la regresión de las
castas", haciendo foco en el desarrollo del Estado como edificación
espiritual y material de la civilización rusa.
2. Etapas de la Historia de la
Civilización Rusa
A continuación expondremos de manera resumida cuatro etapas de la civilización
rusa que hemos esbozado a fin de tener un marco referencial cuando abordemos el
tiempo presente. Reiteramos que la "Doctrina de la Regresión de las
Castas" la hemos aplicado a este período histórico con fines pedagógicos.
Un desarrollo profundo de cada uno, exige un trabajo mayor que seguramente
realizaremos más adelante.
2.1 Una “Edad de Oro”, donde resalta
una casta espiritual que prevalece por sobre las demás; en Rusia se debería
situar entre el 988 (año de conversión al cristianismo de San Volodymyr el
Grande) hasta la llegada del gobierno de Ivan III “el Grande”.
Dicho período está marcado por un crecimiento de principados en toda Rusia de
la mano de la Iglesia Ortodoxa, que crecían en armonía y en paz, inspirados en
el principio de unidad entre lo temporal y espiritual heredado de la corte imperial
de Bizancio, donde todavía el Emperador del Imperio Romano de Oriente era
considerado un “pontifex” (hacedor de puentes) entre su pueblo y los Cielos, y
la Divina Liturgia Ortodoxa se desplegaba con un esplendor y simbolismo que
alcanzaba lo sublime entre el monarca, el clero y el pueblo (4).
Estos son los tiempos del más famoso iconógrafo de la historia, Andréi
Rubliov, de San Antonio de Kiev, San Alexander Nevsky, Yaroslav el
Sabio, de Iván III “El Grande”; un período que estuvo marcado por la invasión
de los Mongoles (“la horda de oro”), que fue resistida valientemente por el
pueblo ruso hasta que fueron derrotados por Iván III.
Fresco de Viktor
Vasnetsov – “Bautismo del pueblo de Kiev” en la Catedral de San Volodymyr
(Kiev)
2.2 La “edad de plata”, donde se
destaca la irrupción del absolutismo monárquico; estaría representada con la
aparición del temible Zar Iván IV, “el terrible” que apuntó a unificar los
principados rusos bajo su dirección utilizando la fuerza, destacándose lo sanguinario
que fue con sus enemigos. El principal obstáculo para la unificación, fue
la ciudad de Novgorod que el Zar destruyó en 1570. Dicha ciudad nacida del
comercio, era la oposición “burguesa”, una casta particular denominada en Rusia
como boyardos, esto es, terratenientes rurales y controladores del
comercio.
En dicho período se consolidaron las fronteras de Rusia al sur y se produjo el
inicio de la expansión hacia el oeste ocupando Siberia, y ante la caída de la
ciudad de Constantinopla, se terminará por constituir el Patriarcado de Rusia
con S.B. Job (1589-1605). Por su parte las relaciones entre la Iglesia y el
Estado tuvieron traspiés con momentos de fuerte tensión (bajo Iván “el
Terrible”) como momentos de fuerte unidad (Zar Mijail I, Romanov y el Patriarca
Filareto). Este período dejará a una Rusia fuertemente identificada con
su tradición religiosa –puramente rusa- y con una corte de zares con una
influencia fuertemente asiática.
2.3 Podríamos ubicar la “edad de
bronce” -período donde predominan los valores de origen burgués-
en la historia de la civilización rusa con mucha facilidad: la
asunción de Pedro 1ro. “el Grande”, primer déspota ilustrado de Rusia,
quien reniega de toda su tradición, tanto religiosa como política. Se erige “Emperador”,
disuelve el Patriarcado ruso, poniendo un funcionario como interlocutor entre
el poder político y el sínodo de obispos rusos; quita privilegios a los
Monasterios rusos (de gran importancia cultural) y decide finalmente
implementar una serie de medidas para “europeizar” Rusia.
Cuando sus “adelantos” culturales se hacen presentes en Rusia, queda abierto el
país para la introducción de ideologías políticas extrañas al pensar
oriental, como el populismo, el anarquismo y finalmente el
comunismo.
La iglesia funcionará
desde entonces como un apéndice de la política imperialista de Pedro 1ro. y sus
sucesores. La misma será utilizada como penetración
política-cultural en toda la Europa oriental.
El punto máximo de
decadencia de dicho periodo es cuando el Zar Nicolas II Romanov, se alía con
Inglaterra y Francia en la 1ra. Guerra Mundial (1914) contra la Alemania del
Kaiser Guillermo II y el Imperio Austro-húngaro, siendo que en 1856, tanto
Inglaterra como Francia en la guerra de Crimea (1853-56) detuvieron la
penetración de Rusia hacia el sur para derrotar al Imperio Otomano y
reconquistar Constantinopla de manos de los turcos.
2.4 La “edad de hierro” en Rusia
se inicia con la Revolución Bolchevique de 1917, hecho que dio inicio a una de
las etapas definitivas de la historia de la humanidad en su camino precipitado
a la destrucción de todos los principios tradicionales sobrevivientes en la
antigua Rusia.
Esta etapa está marcada
por el ascenso de la ideología materialista a todas las esferas de la sociedad
rusa, la destrucción de la Iglesia Ortodoxa Rusa, y luego más adelante (a
partir de 1941) la “reinstalación” de la misma como arma estratégica para
derrotar al enemigo alemán que la invadió y, posteriormente, como
elemento de espionaje a nivel internacional. Ahondemos aún más en este
punto de especial importancia para el análisis contemporáneo de Rusia:
Con la llegada del Comunismo al poder, se
inició una fuerte persecución religiosa donde se llegó a cerrar casi la
totalidad de los monasterios en todo el territorio del ex Imperio Ruso, siendo
muchos de los obispos, sacerdotes y diáconos asesinados o enviados a la muerte
en los campos de trabajo (los tristemente famosos “gulag”). El último patriarca
de la Santa Rusia, San Tikhon (Vasily Ivanovich Bellavin ) fue encarcelado,
enfermando en prisión y luego liberado, para morir en 1925. Una de sus últimas
órdenes fue decretar que a partir de ese momento de crisis, todos los obispos
estaban facultados para autogobernarse, puesto que el Patriarcado estaba
amenazado de muerte; designio que lamentablemente se cumplió.
Nace de esta manera, un proceso de disgregación en todos los rincones del ex
Imperio Ruso, de la Iglesia Ortodoxa Rusa y el inicio de su diáspora.
Gran número de obispos y sacerdotes huyeron al extranjero escapando de una
muerte segura, conformando sínodos en los países limítrofes, y que luego del
fin de la guerra debieron escapar a América.
Sin embargo, un evento histórico vino a detener por un breve lapso de tiempo
este proceso: en junio de 1941, la Alemania Nacional-Socialista junto a sus
aliados, invade la URSS. Rápidamente, los países Bálticos, Bielorrusia y
Ucrania caen en manos de las tropas del EJE. En muchas de estas poblaciones,
luego de las atrocidades cometidas por el régimen soviético con la
colectivización forzada, los pobladores salieron a las calles a recibir con
alegría a las fuerzas invasoras, sumándose muchos hombres a los nuevos
regimientos rusos favorables al EJE. Además, de un día al otro, las Iglesias
clausuradas comenzaron a abrir nuevamente sus puertas en las zonas liberadas, y
en su interior surgieron sacerdotes que habían estado viviendo en las
“catacumbas” del régimen totalitario ateo.
Tropas alemanas en
Riga al comienzo de la invasión a la URSS
Ante el éxito arrollador inicial de los
alemanes, Stalin no podía salir de su depresión viendo a su ejército
desaparecer en las gigantescas tenazas de los panzer alemanes. Muchos rusos no sabían qué hacer .. si
servir a su Patria, encarnada en el feroz comunismo o recibir a los alemanes
con quienes no hacía tres décadas que habían luchado en trincheras enfrentadas
en la Primera Guerra Mundial. De esta manera, Stalin recibió ayuda de
quién menos lo esperaba: el obispo
Sergio (Stragoodski) emitió un comunicado alentando al pueblo ruso a pelear
por su patria. Stalin ahí pudo entender que era imposible salvar la URSS sin
que exista un motivo que trascienda el materialismo del Estado Soviético. Había que devolver el alma al pueblo ruso,
y la Iglesia era la indicada. Hábilmente, Stalin restaura la Iglesia
Ortodoxa Rusa en todos los rincones de la URSS, y en 1943 da su autorización
para que se entronice como Patriarca a Sergio, ante el rechazo absoluto de los
obispos rusos de la diáspora. Con estas medidas, nace así la “Gran Guerra Patriótica”, donde se ven
carteles publicitando a un Stalin gigante vistiendo la casaca blanca (símbolo
del zarismo) como el nuevo “Zar” de Rusia dirigiendo la lucha contra el invasor
extranjero. Y todos los pueblos de la URSS se levantaron en armas y
ganaron la guerra. Fueron sus tropas las primeras en ingresar en una devastada
Berlín. El comunismo había logrado su más grande victoria, sorprendentemente,
con la ayuda de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
A partir de ese momento, la Iglesia se
convirtió en un apéndice del sistema totalitario soviético, llegando sus
autoridades a ser difusores de tal ideología, trabajando en el extranjero con
actos de espionaje y desarrollo de células doctrinarias pro-rusas. (5)
Este período nefasto que se exportará
ideológica y militarmente a todo el mundo, finaliza con la implosión de
la URSS a causa de sus contradicciones internas en el año 1991.
El Patriarca de la
URSS leyendo un comunicado a todo el
pueblo soviético
* * *
Llegados a este punto
de la aplicación de la “Doctrina de la Regresión de las Castas” a la
Civilización Rusa, nos toca tratar la actualidad de la misma. Sobre este
tema, ya indagó el fundador del Centro de
Estudios Evolianos en la Argentina, el Lic. Marcos Ghio en un artículo “El Quinto Estado: Una réplica a Alexander
Dugin” escrito a comienzos de la primera década del presente siglo (6). En el mismo, analiza a quien se
convertiría en un importante ideólogo del movimiento político-doctrinario
“Eurasia”, también denominado nacional-comunismo, que sería adoptado por el
Presidente Ruso, Vladimir Putin. El análisis ronda en torno a la
concepción evoliana del Quinto
Estado, esto es, un estadio posterior al ciclo de la Edad de Hierro, una
meseta en la cual cae la humanidad donde se intenta sostener lo insostenible,
mezclando todo tipo de concepciones ideológicas para apuntalar un Estado instrumental
sujeto a la casta de los parias. Este es, un período que prolonga la
agonía de vivir en un tiempo sin fundamentos tradicionales de ningún
tipo. Otros autores han utilizado otras formas de denominar este período
-aunque con una interpretación diametralmente diferente- como por ejemplo:
Postmodernidad (Jean François Lyotard
1924-1998), Ultracapitalismo (Gilles
Lopovetsky – 1944) o Modernidad Líquida
(Zygmund Bauman -1925). En todos estos estudios, la confusión y el no saber
dónde la civilización está situada es el común denominador.
Para comenzar este análisis del Quinto
Estado en la Rusia contemporánea, primero analizaremos la “máscara” que la
misma irradia sobre el resto del mundo.
3. Esperanza en el retorno de la “Santa
Rusia”
“La esperanza y el miedo son
inseparables”
Hobbes
En la actualidad variados grupos doctrinarios de diversas extracciones
ideológicas y usinas generadoras de políticas, ven a la Rusia de Vladimir Putin
como el único contrapeso posible al actual Régimen Político Internacional, que
desde la desintegración de la Unión de las Repúblicas Socialistas y Soviéticas
(URSS), tiene como principal actor y rector en el eje estratégico ideológico,
económico y militar a los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) y sus
principales aliados en Europa, con Gran Bretaña a la cabeza de los mismos, y en
Medio Oriente con Israel y Arabia Saudita entre sus principales
aliados.
Existe en los grupos mencionados al comienzo del anterior párrafo algo que
podríamos denominar una “atmósfera de esperanza” hacia el papel que puede jugar
la Rusia de Vladimir Putin en este escenario “unipolar”. El concepto de
la “Santa Rusia” resurge nuevamente para imponerse como sello de un retorno
anhelado por muchos operadores políticos y doctrinarios de todas partes del
mundo, y esto nos hace recordar aquellos tiempos –no muy lejanos- donde
otro tipo de “difusores” nos hablaban maravillas del comunismo,
explicándonos que en la URSS primaba un paraíso que era necesario que sea
impulsado por otras naciones del mundo “libre”. Y por supuesto, quedan hoy
algunos rezagados que siguen defendiendo el totalitarismo cubano, aunque hoy,
sí pueden ir a Cuba sin problema y disfrutar de todo lo construido para recibir
a los turistas que aporten dólares.
3.1 Los productos simbólicos –máscara- de
la exportación neo-imperialista rusa
La cultura rusa hoy muestra un país al parecer “pacificado” en su historia
reciente. Se puede ver que el fin de la Segunda Guerra Mundial es festejado con
imágenes del dictador Josif Stalin (7),
aquel que fue censurado y condenado por criminal por sus mismos “camaradas” del
poder central soviético (8). En la actualidad, presenciamos una “estalinización”
de Rusia: su incorporación como figura destacada de la historia rusa. Se
llegó hasta a proponer su santificación, en razón de haber restaurado durante
la 2da. Guerra Mundial el Patriarcado Ruso, y hasta se pueden hallar dos íconos
que se hicieron en su honor.
Colectivo en San
Petesburgo con imágenes de Stalin conmemorando los 65 años del triunfo sobre la
Alemania de Hitler
Simpatizantes del
actual Partido Comunista en Rusia, hacen iconos de quien fue realmente el
re-fundador del actual Patriarcado de Moscú.
La llegada al poder del ex agente de la KGB,
Vladimir Putin, en el año 2.000 marcaría para muchos observadores extranjeros
una etapa nueva en Rusia, donde el objetivo era devolver el “esplendor” pasado,
restaurar su “destino manifiesto” y hacer frente al sistema internacional
“unipolar” regido por los Estados Unidos de Norteamérica y sus circunstanciales
aliados. Para ello, Putin también se acerca a la Iglesia Ortodoxa Rusa y
le brinda todo su apoyo para fortalecer su presencia ahora mucho más libre de
acción que en los tiempos del comunismo.
Uno de los primeros grandes triunfos de la “nueva” Iglesia Rusa, fue la firma
del “Acta de Comunión Canónica” en el año 2007 entre el Patriarcado de Moscú y
la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exterior (ROCOR en su abreviatura en inglés), la
más importante diáspora del clero ruso congregada en el exterior desde la
Revolución Bolchevique. En dicho acuerdo, el Patriarcado de Moscú
aceptaba la autonomía de la ROCOR en materia de organización y administración
interna, más el reconocimiento de todo el clero ordenado durante los años de
exilio. De esta manera, comenzaban a retornar las iglesias de la diáspora al
Patriarcado de Moscú, aquel surgido por orden de Stalin.
Acompañando este proceso, se desarrolla una
geopolítica “actualizada” que parte del movimiento paneslavista (siglo XIX)
hasta el presente con los “euroasistas”. Se destaca a nivel internacional el
ideólogo Alexander Dugin (9) quien
hace un importante trabajo desarrollando el significado de EURASIA, que al
llegar a los tiempos presentes afirmar que: “Durante
el stalinismo los motivos propagandísticos tendían a glorificar al Estado, al
imperialismo y a un nacionalismo antiburgués y no la escolástica abstracta de
los marxistas puros. Pero el nacionalismo soviético estalinista no fue ruso
sólo en su aspecto étnico, sino “imperial”, euroasiático, continental, un modelo
muy próximo al propuesto por los euroasistas” (10). Dicha afirmación está acorde con la idea
de superar e integrar el periodo comunista a la nueva geopolítica
neo-imperialista de Rusia. Dugin tiene como propósito mostrar que detrás
de todo lo que fue el comunismo, existe un nacionalismo ruso que ha subsistido
a lo largo de la existencia efímera de la URSS, y que el mismo es necesario revitalizar.
Esta tendencia de sincretismo ideológico
–característica fundamental del período del Quinto
Estado- no es exclusividad de la
actual Rusia. Podemos ver por ejemplo la concepción “nacional-revolucionaria”-
que tiene destacada presencia en el mundo de habla hispana- donde se reivindica
a figuras como Ramiro Ledesma Ramos (España), Otto y Gregor Strasser (Alemania),
John William Cooke, Norberto Ceresole (Argentina), Jean Thiriart
(Belgica) y la lista se continua. No le quitamos mérito a muchos de estos
autores y propuestas, pero la realidad es que en muchos casos llevaron a una
traducción política nefasta o esteril para cambiar las cosas en su
totalidad. Ese es el problema, nos diría Don Vicente Biolcati, cuando el
pensamiento político pierde el contacto con “EL FUNDAMENTO” (11).-
Veamos a continuación, el verdadero “rostro” de la Rusia contemporánea.
3.2 El “rostro” del Quinto Estado en la Rusia
contemporánea.-
Lo que hoy el mundo piensa y anhela sobre Rusia
como un fuerte actor político internacional que haga contrapeso a los EEUU, es una enorme ilusión. Primero y
fundamental, lo que conocemos hoy por Rusia, aquella gobernada casi por más de
13 años por Vladimir Putin (incluimos la
presidencia de Dimitri Medvédev que surge del riñón de sus funcionarios
políticos), no es ni la Rusia de Ivan III, no es la de Pedro el Grande, y ni
siquiera la de la ex URSS.: Rusia apenas es una de las provincias de la
CEI, la Comunidad de Estados Independientes
(Содружество Независимых Государств) que de las 15 ex repúblicas soviéticas, hoy
hay menos de 10 y no muy convencidas. Cabe agregar que la organización de la
CEI es muy precaria, debiendo decir que el Mercosur
(12) funciona mucho mejor en
nuestras tierras que la CEI como organismo supranacional.
Partiendo de esa base, para la Rusia de Putin,
la CEI es apenas un principio de unidad económica que no ha dado resultados satisfactorios,
por lo tanto, ha de buscar otro elemento que integre a todas las ex repúblicas
soviéticas, que trascienda lo económico, que apele a un elemento que sea común
en todas. La respuesta es la misma que
encontró Stalin en su peor momento de la 2da. Guerra Mundial: la Iglesia
Ortodoxa Rusa.
Vladimir Putin se acerco desde el primer día a
la Iglesia Ortodoxa Rusa y fue participe en la organización de la ceremonia
donde se despidió el cuerpo del ex
presidente Boris Yelsin (de nefasta actuación política), un evento histórico en
la historia de la iglesia rusa. Al
principio, no tuvo problemas de llevarse bien con el Patriarca Alexis II (ex miembro de la KGB en Letonia durante el
comunismo), fallecido en el año 2008. El
primer éxito que realizó la dupla Putin-Alexis II, fue la de lograr el “Acta de
Comunión Canónica” –mencionado anteriormente- con la ROCOR, siendo un éxito
rotundo para el Patriarcado de Moscú, en tanto que puso bajo su poder a la
principal Metropolía de obispos de la diáspora.
Vladimir Putin y el
Patriarca Alexis II, viejos conocidos en los tiempos de la KGB
Logrado ese acuerdo, el Patriarcado de Moscú se
dedicó sistemáticamente a incumplir dicho acuerdo, operando casi como en el
periodo soviético, puesto que tenía Putin puso a su servicio al Estado
Ruso, fuerzas de seguridad y cuerpo
diplomático para llevar a cabo la absorción de las diócesis de la ROCOR dentro
de Rusia y fuera de Rusia. (13) Esto llevo a que la misma ROCOR se
fragmentara al desconocer varias de sus diócesis el acuerdo con el Patriarcado
de Moscú, surgiendo otras iglesias ortodoxas de válida sucesión, aunque denomina despectivamente como “no canónicas” (14), dentro del territorio de la ex URSS y en otros países. Es el
caso por ejemplo de la “Iglesia Ortodoxa Rusa Libre” y de la “Iglesia Ortodoxa
de las Catacumbas” (también llamada “Iglesia Verdadera-Ortodoxa Rusa”).
Agregamos también a manera de ejemplo a las Iglesias Ortodoxas de origen
ucraniano que decidieron no retornar al Patriarcado de Moscú, en tanto que
todavía está en la memoria el salvaje genocidio perpetrado por el estalinismo.
Esta es la realidad de la Rusia contemporánea
del Quinto Estado: la confusión ideológica del nacional-comunismo, la
aceptación de las reglas del juego de la modernidad, la utilización de la
religión con fines políticos, el exterminio de verdaderos reductos de una
tradición ajena y opuesta a la era presente, como fue y es el caso de la
rebelión del pueblo Checheno, salvajemente ultrajado y diezmado por el ejército
ruso.
Y retornando al caso del ideólogo Alexander
Dugin, que tanta aceptación y difusión existe en el mundo de habla hispana,
hemos de decir que el mismo al recrear el concepto de Eurasia como modelo
geopolítico para “armar” y así confrontar al sistema hegemónico
“yankee-sionista”, es muy interesante de leer. La realidad es que uno se llena
de expectativas, de “esperanza” ante dichas exposiciones y análisis que traen
al mundo actual a famosos geopolíticos como Haushoffer, Spykman, y pensadores
tradicionalistas como Rene Guénon y Julius Evola entre otros, e ideólogos de la revolución
conservadora como Moeller van den Bruck, Ernst Niekisch, y pensadores contemporáneos
como Robert Steuckers, Alain de Benoist y Parvulescu entre otros. De todos y cada uno de estos autores, Dugin
extrae aportes, fragmentos y como buen
ideólogo los suma para alimentar la concepción geopolítica de EURASIA, e
indirectamente o directamente, apoyar la
política neo-imperialista que está llevando a cabo Vladimir Putin.
Como tradicionalistas, no podemos más que
objetar respetuosamente pero de manera tajante dicha forma de concebir las
cosas porque son propias del periodo de confusión que vivimos que es el Quinto
Estado. Todo es una “mascara”,
manipulación de una realidad enteramente diferente. Rusia no es esperanza de NADA, sino por el contrario un simple
actor internacional, sufriendo un terrible proceso de valcanización, de crisis
económica y espiritual, y que anhela
volver a figurar entre las primeras potencias. Pero, ¿acaso desea cambiar
algo?. No. Se encuentra desesperada de participar del sistema internacional de
las potencias hegemónicas de la cual ha sido desplazada por su implosión y
desintegración política, económica y militar.
Rusia no es rival de la modernidad; es una de sus más grandes cómplices,
y autora material de espantosos crímenes que siguen todavía impunes en la historia contemporánea.
Es nuestra obligación decir NO OLVIDAMOS, y
RECHAZAMOS este neo-imperialismo que se nos quiere imponer en materia política
y pseudo-cultural. Pero, principalmente, rogamos a aquellas personas que se
sienten tradicionalistas, y principalmente de la rama evoliana, que si se
consideran como tales, entiendan que una cosa es apreciar el contenido de
diferentes teorías políticas contemporáneas que tratan de encontrar un sitio
para generar polos de poder, y otra cosa muy distinta, es que las mismas estén
acorde al pensamiento tradicional. En conclusión, no permitan que un pensador
como Julius Evola sea devorado en una moledora de carne de pensadores
disimiles, para terminar sirviéndonos un menú que no condice con la talla de
este autor, uno de los más grandes pensadores del Siglo XX.
+Teofano, Juan Manuel Garayalde (*)
Buenos Aires, 18
Noviembre 2013
Una muestra del aggiornamiento de líderes de la ortodoxia
mundial con el Comunismo: El Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé
1ro. en su visita a Cuba en el año 2004, honra al dictador Fidel Castro al sumarlo a la
Orden de San Andrés, la más alta condecoración de la Iglesia Ortodoxa Griega.
(*) Escrito para la publicación tradicionalista alternativa "
EL FORTIN", dirigido por el Lic. Marcos Ghio, presidente del
Centro Evoliano de América.-
www.juliusevola.com.ar .-
NOTAS:
(1)
Ver
Julius Evola – Rebelión contra el Mundo Moderno – Editorial Herácles – 1ra.
Edición - Buenos Aires, 1994. Parte Segunda, Cap. 1 “Doctrina de las Cuatro
Edades” y Cap. XIV “La Regresión de las Castas”.-
(2)
Por
ejemplo, en la tradición hindú las denominaban respectivamente como Satya yuga, Tetra yuga, Dvapara yuga y
Kali yuga descritas en el
Manavadharmacastra.
(3)
Julius
Evola – El Estado Tradicional – Editorial Herácles – 1ra. Edición – Buenos
Aires, 2002, Cap. IV, “Acerca de la caída del Estado”, pág. 57.
(4)
Dice
la tradición de la conversión de Rusia el cristianismo, que cuando los
emigrados de San Vladimir el Grande llegaron de su visita a Constantinopla,
estos describieron a la Liturgia Imperial
de la siguiente manera: "No
sabíamos si estábamos en el cielo o en la tierra".
(5)
Ver
sobre el tema la obra del Obispo Alejo Pelypenko entre las que se destacan:
“Ucrania en las garras del comunismo”, “Conspiración comunista en la América
Latina”, “Infiltración comunista en las iglesias cristianas de América”, y
otros escritos.
(6)
Marcos Ghio – “El Quinto Estado: Una réplica a
Alexander Dugin” - Publicación
“El Fortín”, Nro. 12, 3ra. Época, Buenos Aires, pág. 4-6
(8)
El
sucesor de Stalin, Nikita Kruschev presentó un informe al Partido Comunista
Central criticando en 1956 a su antecesor a tres años de la muerte del mismo;
haciéndolo responsable de crímenes y de hasta haber casi perdido la guerra por
su impericia. Stalin, “el caudillo elegido por Dios”, palabras formuladas en
noviembre de 1942 por quién iba a ser el Patriarca Sergio, pasaba a ser una
figura para el olvido de la historia de la Unión Soviética. El año 1956, marca
el inicio a la “desestalinización” de Rusia.
(9)
Sobre
pensadores y tendencia geopolíticas en la Rusia de la primera década del siglo
XXI, ver Fernando Fuenzalida Wollman – “Los rusos empiezan a pasar al medio
juego en el gran tablero de Brzezinski” en la publicación CIUDAD DE LOS
CÉSARES, Julio-Agosto 2002, Año XIV-Santiago de Chile, pags. 20-23.
(10)Alexander Dugin – “La revolución
conservadora rusa” en el libro “Sobre la Konservative Revolution” (Varios
Autores) – Ediciones Nueva República – 1ra. Edición - Barcelona 2000, pág. 118.
(11) Vicente Biolcati. “La Hora
Devastadora” – Editorial Dunken, Buenos Aires 1995. Pág. 41 a la 44.-
(12) El Mercosur, Mercado Común del Sur,
fue fundado originalmente por Brasil, Argentina Paraguay y Uruguay, comenzando
a sumarse otros países como fue el caso de Venezuela. La misma es una unión de
carácter económico, aunque se realizaron avances de carácter cultural. En
cambio la CEI, actualmente todavía no tiene clara la política aduanera entre
las ex repúblicas soviéticas.
(13) En la Argentina, la Iglesia
Ortodoxa del Parque Lezama fue dependiente de la ROCOR durante el periodo
comunista, dirigido por un grupo de fieles y sacerdotes que la protegieron del
totalitarismo soviético y sus manipulaciones. Hoy, dicha iglesia está en
litigio con el Patriarcado Ruso, que teniendo esta última el apoyo del Gobierno
Ruso, espera el traspaso final.
(14) El término “no canónico” hace
referencia a que una determinada iglesia no es “reconocida” por los
patriarcados tradicionales. Sobre este tema agregamos una pequeña perla:
¿recordarán los patriarcados “tradicionales” como el de Antioquia, Alejandría y
el de Constantinopla cuando reconocieron en 1945 el patriarcado de Moscú en los
tiempos en que la URSS estaba a unos
pocos kilómetros de Berlín?. Esos son
los trasfondos políticos que se utilizan para decidir cual iglesia es o no es
“canónica”.