jueves, 10 de diciembre de 2009

Entrevista a Rama Coomaraswamy

Rama P. Coomaraswamy
Entrevista por Joaquín Albaicín
Letra y Espíritu nº 17 (Barcelona, Mayo 2003)


Sacerdote de misa en latín y cara al altar, su correspondencia con la Madre Teresa de Calcuta (disponible en su página web: www.coomaraswamy-catholic-writings-com) constituye elocuente testimonio de cómo dos creyentes hondamente comprometidos con su fe abordaron desde opciones opuestas un momento dramático de la historia de la Iglesia. De su verbo condenado por Roma brotó tan encendido y lapidario libro como The Problems of the New Mass. Albacea y compilador de la obra inédita de su padre, traductor al inglés de El error espiritista de Guénon, cirujano, psiquiatra y exorcista, no teme ni rechaza apelativos como "integrista" o "sedevacantista". Amablemente, Rama P. Coomaraswamy aceptó estas Navidades responder a nuestro cuestionario.

J.A. He leído aquí y allá sobre aquel viaje suyo a India con Marco Pallis, cuando ambos eran jóvenes. ¿Cuál era el principal propósito del viaje?

R.C. El de Marco Pallis, entrar una vez más en contacto con sus raíces budistas. En cuanto a mí, estaba a la espera del retiro de mi padre y de su vuelta a India para hacerse sanyassa.

J.A. En sus cartas, su padre le daba indicaciones para convertirse en miembro de pleno derecho de la tradición hindú. ¿Cómo fue que, perteneciendo a una familia brahmán, finalmente abrazó el camino cristiano en vez de el hindú?

R.C. Me crié en Haridwar, una de la ciudades sagradas de la India, y en mi juventud viví durante años como un hindú ortodoxo. Fui investido con el yajñopavita o cordón sagrado y puedo, por tanto, declarar que desde el punto de vista hindú soy un dwija o "dos veces nacido". Pero tras la muerte de mi padre regresé a América, donde mi madre se encontraba prácticamente sola. Dado que era imposible para mí vivir como hindú en la América de aquella época y que vivir carente de una filiación tradicional era a mis ojos lo mismo que vivir en el plano animal, abracé el catolicismo, que hallé completamente compatible con mi visión hindú.

J.A. ¿Podemos hablar de algún autor que haya continuado en la India actual el trabajo de su padre como embajador de la Philosophia Perennis, término que él mismo, si no acuñó, si contribuyó decisivamente a recuperar?

R.C. Hay muchos autores que hablan de la Philosophia Perennis, como Seyyed Hossein Nasr, Frithjof Schuon, Martin Lings, A. K. Saran... La lista es muy larga. Puesto que me pregunta específicamente por India, diría que existen individuos que viven según el Sanatana Dharma, pero no necesariamente escriben. Me viene a la cabeza, por ejemplo, el Kanchi Guru.

El escritor tradicionalista católico Rama Coomaraswamy

J.A. Al revés que Jerusalén, Benares se mantiene en paz. ¿Conserva la tradición hindú suficiente energía para encarar con éxito la crisis global de los Últimos Tiempos?

R.C. No estoy tan seguro de que India se halle tan al margen del tipo de caos que en la actualidad padece Oriente Medio. Considérese el reciente resurgir de los enfrentamientos entre hindúes y musulmanes. Benares puede actualmente estar tranquila, pero el país no está de ningún modo libre de conflicto.

J.A. Por supuesto. Quería sólo destacar el Signo de los Tiempos que de modo tan intenso parece encarnar Jerusalén. La realidad india, vista tanto sobre el terreno como desde Occidente, no me transmite la misma sensación apocalíptica que Jerusalén.

R.C. Estoy de acuerdo en que la situación de Jerusalén es más apocalíptica que la de otros lugares. Sin embargo, en todo el mundo actúan las mismas fuerzas, y en India se detectan signos terribles. Viendo la televisión en Nueva Delhi, había constantes reportajes sobre niños raptados, sobre mujeres asesinadas por su dote y sobre la desacralización de la vida en general. Aparte de esto, la lucha entre fundamentalistas hindúes y musulmanes está estallando por todas partes. Lo que hace a Jerusalén más apocalíptico es el riesgo de que se desencadene una guerra con armas nucleares y la reacción del fundamentalismo islámico contra el Occidente no cristiano.

J.A. ¿Cómo recuerda a su padre?

R.C. Recuerdo a mi padre como un hombre sumamente santo, y aprendo de él cada día.

Ananda Coomaraswamy, padre de Rama, quien realizo estudios sobre el hinduismo y el budismo. En sus últimos años, se convirtió a la tradición ortodoxa cristiana

J.A. ¿Y a René Guénon?

R.C. No guardo recuerdos específicos de René Guénon en el ámbito privado. En la época de nuestra visita en El Cairo tenía dieciocho años, no estaba en realidad implicado en cuestiones tradicionales y sólo me encontré con él muy brevemente. Marco Pallis sí pasó el día hablando con él, yo hice poco más que esperar. Recuerdo... la radio resonando en su casa, lo que me sorprendió mucho.

J.A. Gracias por la aclaración, pues varias fuentes le consideran envuelto de modo más directo en el cambio de posición de Guénon ante el budismo. Por ejemplo, Chacornac, a decir del cual usted también contribuyó reuniendo documentación junto con Marco Pallis. Por cierto, ¿cómo es que le sorprendió el sonido de la radio?

R.C. El cambio de la actitud de Guénon hacia el budismo fue resultado de los esfuerzos de mi padre y de Marco Pallis. Yo no tuve nada que ver. La razón de que la música me impactara fue que la radio estaba emitiendo música egipcia moderna de poco gusto, y esto me pareció incompatible con Guénon y con lo que era. Era como el sonido de la radio en los bazares indios.


El Budismo, la vía de los khatriyas que estudió Ananda Coomaraswamy, terminó convenciendo a Rene Guenon que la misma era una vía tradicional legítima.



J.A. ¿Qué opina acerca del posible vínculo espiritual de Guénon con Al Khidr sugerido en la correspondencia que mantuvo con su padre?

R.C. No estoy cualificado para juzgar eso.

J.A. Su padre falleció antes del estallido de la controversia de Guénon y Schuon. A su entender, ¿cuál cree que, de haber vivido, habría sido su posición?

R.C.
Creo que habría evitado verse envuelto en ella.

J.A. En el apéndice de la selección de cartas de su padre, escribió sobre Schuon como una figura del pensamiento tradicional situada "entre" Guénon y Coomaraswamy y "por encima" de ambos. En tiempos recientes, sin embargo, denunció con acidez la aparente descomposición de su círculo y enseñanzas.

R.C. Conservo el mayor respeto por los escritos de Schuon, y no creo que decir que "denuncié ácidamente" nada sea exacto. Hubo cosas con las que estuve en desacuerdo. Las cosas son complejas, y hay poco provecho en volver sobre ellas de nuevo. Estoy muy agradecido a Schuon por muchas cosas, por las verdades que he aprendido y sigo aprendiendo de él.

J.A. Bueno, usted fue el transcriptor, al menos nominal, de un informe... ácido, por decir poco. También estoy en desacuerdo con el modo sensacionalista en que algunos trataron el asunto. Y, en fin, no ha contestado a mi pregunta. ¿Considera a Schuon "entre" su padre y Guénon y "por encima" de ambos?

R.C. No considero a Schuon por encima de Guénon y de mi padre. Creo que Guénon, Schuon y mi padre expusieron, cada uno a su modo, la Philosophia Perennis. Ninguno de ellos está exento de pequeños errores, pero estos no son importantes. En vez de enfatizar las diferencias entre, por ejemplo, Guénon y mi padre, debería destacarse la similitud de pensamiento. Las diferencias eran mínimas. No estaban compitiendo entre sí, sino delineando diferentes aspectos de la materia. Tenían diferentes funciones, si puede decirse así.

El polémico gran pensador tradicionalista F. Shuon que tuvo una fuerte polémica con René Guenon.


J.A. Su trabajo y amistad con la Madre Teresa.

R.C. He trabajado con la Madre Teresa tanto en India como en Nueva York. De hecho, la operé cuando estaba en Nueva York, y alguna vez he atendido como médico a sus hermanas. Tengo el mayor de los respetos por ella.

J.A. ¿Cómo es que las autoridades católicas, ortodoxas, anglicanas y protestantes nunca hablan sobre el Santo Grial y sobre el Preste Juan, y apenas sobre los Reyes Magos?

R.C. No puedo hablar por las autoridades anglicanas y protestantes, pero puedo asegurarle que las católicas y ortodoxas hablan sobre estos asuntos, y ciertamente sobre los Reyes Magos.

J.A. Obviamente, la Enciclopedia Católica incluye artículos sobre el Grial, el Preste Juan y los Reyes Magos, pero se trata de textos puramente historicistas. Los sacerdotes españoles nunca mencionan el Grial o al Preste Juan en sus sermones, ni tampoco las autoridades eclesiásticas en las encíclicas, sus escritos o sus declaraciones públicas. La postura oficial sobre los Reyes Magos es algo así como: "Eran unas gentes de buen corazón que anticiparon la futura aceptación del Evangelio por sus hermanos paganos"... En cuanto a las iglesias ortodoxas, no he podido encontrar un solo artículo sobre estos temas. Quiero decir artículos profundos, doctrinales, no los clásicos comentarios navideños. ¿Puede, pues, citar alguna fuente concreta? Preciso que me refiero a sacerdotes, no a fieles laicos.

R.C. Creo que los santos han escrito bastantes sermones sobre los Reyes Magos y los dones que llevaron: oro, incienso y mirra. No sé de ningún escrito de los santos sobre el Preste Juan. Con respecto al Santo Grial y a todo el ciclo artúrico, es un ejemplo de la absorción de las creencias y prácticas célticas por la Cristiandad. Varios de los artículos de mi padre, como Sir Gawain y el Caballero Verde, tratan del carácter simbólico de los cuentos artúricos. Por descontado que nuestra misión es, por supuesto, salir en busca del Santo Grial, que, según se dice, es el Cáliz traído a Inglaterra por el apóstol Santiago e inicialmente guardado en Glastonbury. Lancelot no fue capaz de conseguir el Grial por la impureza de su vida, pero Perceval sí pudo cruzar el puente peligroso. No me sorprende que los sacerdotes raramente hablen de estas cosas, si es que alguna vez lo hacen, pues en gran medida desconocen su propia teología católica y la misma idea de una "búsqueda" es extraña a muchos de ellos.

J.A. ¿Qué circunstancias le condujeron a adherirse al movimiento de Monseñor Lefèbvre?

R.C. Durante los cinco años en que enseñé Historia de la Iglesia en un seminario de Lefèbvre, nunca fui miembro de su movimiento. Para ser más exacto, cuando quedó claro que Lefèbvre deseaba llegar a un compromiso con la Roma modernista, rompí mi relación con él.

J.A. ¿Qué recuerdo personal conserva?

R.C. Le encontraba encantador en muchos aspectos, pero también un hombre que no deseaba discutir nada con sus sacerdotes sobre bases serias. Exigía obediencia sin dar ninguna oportunidad de discutir las cosas. Digo esto porque los sacerdotes con quienes me relacionaba cuando enseñaba en el seminario quisieron discutir con él su orden de usar la Misa y el Breviario de Juan XXIII y él, simplemente, rehusó hablar de ello, exigiendo que le obedecieran. Esto les llevó a abandonar la sociedad.

J.A. ¿Tiene alguna opinión personal o alguna teoría acerca de la mano oculta que pudo guiar tanto al padre Fernández Krohn como a Mehmet Ai Agca?

R.C. No.

J.A. ¿Cree en la posibilidad de una futura reconciliaciòn entre la Iglesia y la Masonería?

R.C. No entre la Masonería y la Iglesia tradicional. Esa posibilidad existe, más o menos, con la Iglesia post-conciliar.

J.A. ¿Cuáles son sus razones? ¿No considera a la Masonería una cadena iniciática tradicional, con independencia de las desviaciones detectables en muchas de sus ramas?

R.C. En lo que se refiere a la Masonería, creo que Guénon estuvo siempre buscando en la Cristiandad un modelo o patrón paralelo a la distinción shari´ya/haqiqah del Islam. Esto no existe en el cristianismo, donde hay más bien un esoterismo "gradual". Los artículos de Marco Pallis sobre el velo, que fueron publicados en Sophia, tratan el tema de un modo muy claro. Considero que todas las ramas de la Masonería son falsas y forman parte de la Contrainiciación.

J.A. Quisiera conocer su visión y la de la Iglesia Católica Tradicional- en relación con los linajes iniciáticos Rosacruces que en el siglo XVII, a decir de Guénon, abandonaron Occidente para buscar refugio en "Oriente". Y, ¿considera posible la supervivencia hasta nuestros días de algún linaje de hermetistas cristianos? No pienso tanto en un Fulcanelli como en, por ejemplo, un Louis Cattiaux. Sé que considera problemática la existencia del esoterismo y el exoterismo como dominios separados en el seno de la tradición cristiana. Pero, entonces, ¿cómo explicar estos ejemplos?

R.C. No considero a los Rosacruces una organización válida desde el punto de vista tradicional. Como católicos, es importante no desvincularse nunca de la doctrina segura y la verdadera fe. Tales organizaciones han sido condenadas tanto por Guénon y los autores tradicionales como por la Iglesia.

J.A. Yo pensaba en los difusores de la Fama Fraternitatis, de Las Bodas Alquímicas de Christian Rosenkreutz... Es decir, en los Rosacruces, no en los rosacrucistas.

R.C. Una de las teorías de Guénon se refería a ciertos grupos iniciáticos que se habrían retirado a Oriente. Todas estas cosas me parecen especulaciones. Guénon también dijo que la salvación vendría del Oeste. Lo importante para los católicos es ser católicos. Esto es muy difícil, pues exige estudio y esfuerzo, pero no hay nada que en el mundo actual impida a nadie ser católico en el más pleno sentido de la palabra.

J.A. ¿Comparte la iglesia católica tradicional la misma visión que la romana en el sentido de la "obligación" de musulmanes, hindúes, budistas y demás de convertirse al cristianismo?

R.C. Esto requeriría una respuesta compleja que tomara en consideración el problema de la invencible ignorancia y el tema de la salvación fuera de la Iglesia, que es siempre posible, pero sólo a través de las gracias que vienen del Verbo Divino o Logos.

J.A. ¿Puede hablarse de una acción contrainiciática dirigida por la Iglesia de Roma?

R.C. Me parece claro que las actividades de la Iglesia post-conciliar se ajustan al perfil de lo que Guénon llamaría la Contrainiciación.

J.A. Yoga practicado por sacerdotes cristianos. ¿Ayuda? ¿Peligrosa desviación?

R.C. Hablo sobre ello largo y tendido en uno de los artículos colgados en mi web. Creo que los sacerdotes practicantes de yoga están haciendo el tonto.

J.A. Algunas autoridades religiosas (como el sacerdote ortodoxo Seraphim Rose) y autores adheridos a la Philosophia Perennis (como Charles Upton) sostienen la teoría de que los ovnis son demonios. ¿La comparte?

R.C. Me gustan los escritos de Seraphim Rose, pero es una pena que no haya comprendido realmente a Guénon o a mi padre. Acerca de los ovnis, me inclino a pensar más bien como Charles Upton.

J.A. Mundo occidental y mundo musulmán. ¿Es inevitable el choque?

R.C. Si por mundo occidental entendemos el actual mundo occidental no cristiano, está predestinado a chocar con el genuino mundo islámico. Me gustaría, sin embargo, enfatizar que los musulmanes que escogen la vía del terrorista suicida, por comprensible que esto pueda resultar a la vista de la situación en Oriente Medio, no están actuando como verdaderos creyentes, pues el Corán prohíbe el asesinato de gente inocente, especialmente de mujeres y niños, por no hablar de sus hermanos musulmanes. Estamos asistiendo a una pugna entre dos estructuras de poder que dicen actuar en nombre de la religión, de la democracia... Hay una discusión muy buena sobre el particular en un libro reciente, Paths to the Hearth, Sufism and the Christian East, publicado por World Wisdom Books en Bloomington, Indiana.

J.A. La pertenencia de George Bush, su padre y su abuelo a una supuesta sociedad secreta Skull and Bones - culpable de la profanación de las sepulturas de Jerónimo, Torrijos y Pancho Villa. ¿Puro rumor sensacionalista?

R.C. Creo bien establecido que Bush pertenece al club Skull and Bones de Yale. Él es sin duda parte del orden del mundo unipolar.

J.A. ¿Hay un vínculo real entre espiritismo y posesión diabólica?

R.C. Por supuesto. La relación del espiritismo New Age con la posesión diabólica es un asunto complejo que requeriría un ensayo para explicarlo y que analizo muy en profundidas en uno de los artículos disponibles en mi página web. En una frase o dos, diré que aquellos que sitúan la espiritualidad en su psiqueen sus sentimientos y opiniones- en oposición al intelecto y la revelación genuinos, se exponen a todas las influencias procedentes de abajo. Sólo una fe verdadera y ortodoxa y una doctrina rotunda pueden proteger contra esto.

J.A. Los Últimos Días, según la Iglesia católica tradicional.

R.C. En tanto siga aumentando la predominancia de la influencia de las fuerzas inferiores, está claro que tal como predicen todas las tradiciones religiosas genuinas- nos acercamos a los Últimos Días. Los diversos conflictos no son sino síntomas de esta retirada de la tradición allá donde nuestra "lujuria y codicia" se imponen a los principios, es decir, prácticamente en todas partes. Todo cuanto está sucediendo es sintomático de las causas raíz, y, por supuesto, nos negamos a admitirlo, porque si lo hiciéramos estaríamos obligados a cambiar nuestra vida y a vivir de acuerdo con principios, con los principios divinos enseñados por Dios. El Fin, por descontado, llegará pronto. Pero debemos vivir cada día como si fuera el último, pues cuando morimos es en algunos respectos el fin para nosotros.

La sentencia: "Las puertas del infierno no prevalecerán" es considerada alusiva al triunfo de la Iglesia no sólo por la Iglesia de Roma, sino también por la Ortodoxa Rusa, la Siria, la Etíope, la Asiria (Nestoriana)... No hace falta decir que también por la Católica Tradicional. ¿Por qué, pues, sobreentender acríticamente que se refiere a la de Roma y que el papel central en los Últimos Días corresponderá a esta? ¿Dónde queda la Tercera Roma, la "fuerza que la sujeta" encarnada por la Iglesia Ortodoxa? Dicho de otro modo: ¿por qué sobrentender sin más que la Iglesia Católica es, precisamente, la actualmente así denominada?

La Iglesia romana post-conciliar es una Iglesia muerta. Ello no significa que la Iglesia haya muerto, pues existe una Iglesia subterránea brotada de modo espontáneo. Esta nueva Iglesia, la autodenominada post-conciliar, tiene doctrinas falsas y ritos falsos, en tanto la verdadera Iglesia, la de las catacumbas, sigue la verdadera doctrina y celebra ritos válidos. Católico, por supuesto, significa universal. Nadie, ningún grupo puede monopolizar el título. Incluso muchos grupos protestantes rezan el Credo de Nicea. Pero, como Atanasio dijo en relación con los arrianos, ellos tienen las iglesias, pero nosotros tenemos la fe. En cuanto al papel central a jugar por Roma en los Últimos Días, recordaría que está predicho que Roma será el trono del Anticristo.

J.A. El acercamiento de Juan Pablo II a las varias iglesias cristianas. ¿Ningún resultado positivo?

R.C. Es evidente que el único acercamiento válido a las iglesias no católicas es invitarlas a ser católicas. En el actual clima, la doctrina es ignorada, por lo que todos podemos ser "uno" juntos. Estoy por la unión, pero no si esta requiere el sacrificio de la verdad.

J.A. La percepción de la Iglesia tradicional de la Iglesia romana como futuro trono del Anticristo, ¿extrae su inspiración en alguna medida de las profecías de San Malaquías sobre los Papas? ¿Considera los lemas De Gloria Olivae e In Persecutione Extrema... verdaderas profecías, merecedoras de atención e interpretación, o por el contrario- que emanan de instancias dudosas?

R.C. El problema con las profecías es que son maravillosas en retrospectiva, pero arriesgadas como fuente de confianza antes del cumplimiento de los hechos. He escuchado las profecías de San Malaquías explicadas en una diversidad de modos. El issues entre la Iglesia tradicional y la Iglesia post-conciliar están sin embargo muy claros y no necesitan en absoluto depender de profecías. Es comprensible, por supuesto, que en vista del presente caos de la Iglesia, la gente busque una guía en las apariciones y profecías. Sin embargo, si uno se adhiere a una doctrina segura, hallará en la enseñanza de la verdadera Iglesia y en sus acciones históricas toda la guía necesaria para permanecer verdaderamente católico.


El ocaso del Vaticano: Rama Coomaraswamy es un fuerte opositor a la Iglesia Católica post-conciliar (Concilio Vaticano II)

J.A. ¿Las puertas del infierno no prevalecerán, como sostiene en su polémico artículo?

R.C. Las puertas del infierno no pueden prevalecer frente a la verdadera Iglesia, porque esta se cimenta sobre la Verdad. Como dijo Anna Katherina Emmerich, si la verdadera fe sigue viva aunque sea en una sola persona, en ella residirá la Iglesia Católica.

Tiempo y espacio se agotan. Muchas preguntas quedan en el tintero. Quisiéramos profundizar más en el despliegue de argumentos de nuestro entrevistado. Que nos precisara, por ejemplo, qué sentido tendría la existencia de organizaciones específicamente contrainiciáticas en un ámbito tradicional como el cristiano, en el que, a su entender, no existen organizaciones propiamente iniciáticas, sino un esoterismo "gradual". ¿No debiera hablarse, por tanto, de una contrainiciación también "gradual"? O qué lugar habría que asignar a una organización iniciática como la Fraternidad del Divino Paráclito de Louis Charbonneau-Lassay, que queda aparentemente fuera del esquema. Habrá, sin duda, más ocasiones de conversar acerca de estas y otras cuestiones con Rama P. Coomaraswamy.

martes, 17 de noviembre de 2009

Norberto Ceresole - La Inteligencia detrás de la Corona

NORBERTO CERESOLE
LA INTELIGENCIA DETRÁS DE LA CORONA

Introducción

Con motivo del fallecimiento del politologo argentino Norberto Ceresole en el año 2003, escribí por entonces un artículo de homenaje a su obra, y también un desafío a pensar el futuro de los sistemas de gobierno en América Latina. Muchas cosas no han cambiado por entonces. Los años ´90 de la ultima década del siglo XX predominaron en Latinoamérica políticas de corte neoliberal en combinación con políticas dirigistas (una asociación explosiva para cualquier teoría económica) y la siempre atenta compañía de la corrupción generalizada en los poderes gubernamentales (ejecutivo, legislativo y JUDICIAL). Ahora terminando casi la primera década del siglo XXI, la izquierda avanzó manifestándose dos tendencias: la “social-demócrata” predominante en Chile y Brasil, y la “populista”, en Venezuela y Ecuador fundamentalmente. A pesar de los éxitos y fracasos de ambas apuestas ideológicas, todavía no hay una clara decisión del rumbo a tomarse en los próximos 30 años, como cualquier país serio debe aspirar a planificar. Seguimos a la deriva, dependiendo de candidatos fuertes pero bases débiles.

En ese aspecto, el trabajo intelectual de Norberto Ceresole que realizó por mas de 40 años, nos dejó formulas para comprender como ha de organizarse un gobierno con visión de futuro. Como nadie, supo describir el sistema de dependencia de nuestra región hacia las potencias imperialistas, y del papel que debemos desempeñar dentro de la “tercera posición”, respaldada por un frente nacional de liberación, como el que propugnaba a principios de los ´70 que el peronismo de izquierda no supo edificar y termino generando una guerra civil en la Argentina de la cual hasta el día de hoy persisten secuelas del mismo.

El desafío de crear una Latinoamérica como bastión de la “tercera posición” esta todavía pendiente.

Xristos Anesti!
Mons. ++Teofano

El politólogo argentino Norberto Ceresole


NORBERTO CERESOLE
LA INTELIGENCIA DETRÁS DE LA CORONA

I – La Búsqueda Constante
El domingo 4 de mayo del 2003 nos despertamos con una triste noticia: El sociólogo y politólogo argentino, Norberto Ceresole, había fallecido de un ataque al corazón. Sin ser una persona que lo haya conocido en profundidad, estuve charlando con él hace sólo 20 días antes de su muerte, durante una conferencia en la cual participó como público, pero luego destacándose en sus opiniones y envolviéndonos en un apasionante debate.

Sin conocerlo bien, Ceresole despertó en mi una gran admiración. Siendo yo politólogo, y por lo tanto muy cercano a la preparación intelectual de Norberto, veía en él la idealización de mi profesión: un hombre que participó en los momentos más conflictivos de la historia argentina y latinoamericana: fue asesor del gobierno de Gral. Velazco Alvarado, participando en la Revolución Peruana de 1968. En una época, fue interlocutor del Gral. Juan D. Perón en Madrid. Durante los años ´70 lo encontramos combatiendo con sus escritos junto a las guerrillas montoneras; en esa época de una gran confusión de ideas, en el enfrentamiento entre facciones peronistas, caos que nos llevará al golpe de 1976 y con ello, el exilio para Ceresole.

Su camino lo lleva a relacionarse con figuras representativas del bloque pro-soviético latinoamericano, como Salvador Allende y Fidel Castro, llegando a ser miembro de la Academia de Ciencias de la ex-URSS, especializado en América Latina.

Al colapsar el bloque soviético en los ´80, Ceresole regresa al país en los tiempos del retorno a la democracia. Acontecida la rebelión militar de Semana Santa, Ceresole asesorará a los miembros de ese nuevo movimiento militar. Posteriormente se acercará el Coronel Mohamed Seineldín. Ceresole vio en estos movimientos una reacción contra la pérdida de la soberanía política y económica que comenzaba a azotar al país. Fue a través de estos grupos que conoció al Comandante Hugo Chávez, convirtiéndose en colaborador de su equipo de asesores, y viviendo el formidable momento histórico del aplastante triunfo electoral de Chávez en Venezuela. Su libro, “Caudillo Ejército Pueblo”, constituye para muchos venezolanos en el basamento doctrinal de la Revolución Bolivariana. En dicho libro se expone el pensamiento político de Ceresole, reactualizando lo que el mismo vivió del Peronismo, de los sucesivos movimientos populistas latinoamericanos y del fracaso de los movimientos carapintadas, ausentes estos últimos de un fuerte liderazgo. Expone también la necesidad de constituir un sistema de INTELIGENCIA entre todos los movimientos que rechacen la geopolítica estadounidense en Latinoamérica. Constituye esta una deuda pendiente imperdonable, para los que buscamos una verdadera independencia de los poderes “globalizadores”. (1)

Norberto Ceresole y el presidente de Venezuela Hugo Chávez en la época en que el primero asesoro en la campaña presidencial que lo llevo al poder en 1999

Tiempo después, deberá dejar Venezuela por la oposición del sector “demócrata” de la Revolución , representado por el histórico militante y periodista de izquierda José Vicente Rangel. Sin embargo, Ceresole dejó su semilla en Venezuela: constituir a dicho país en una reacción contra el imperialismo estadounidense, auspiciando una alianza entre Venezuela, Cuba e Irán. Nadie entendió mejor la doctrina de la “Tercera Posición” que Ceresole. Su vida, que para algunos puede parecer contradictoria, transita esa senda superando esquemas agotados y buscando nuevas reacciones.

Donde esas reacciones se iniciaban, allí estaba Norberto Ceresole.

II – Conspiración del Silencio

Norberto Ceresole ha sido un escritor prolífico. Sus obras ascienden a más de treinta, y en su gran mayoría. Varios de sus escritos han sido traducidos al inglés, al ruso y en la lengua árabe. Si alguno tiene la oportunidad de visitar Beirut o Teherán, seguramente hallará un libro de Norberto en alguna librería de esas grandes ciudades.

Sus trabajos tratan sobre aspectos de geopolítica, tecnología militar, política y economía de la defensa, y sus últimos libros acerca de la llamada “cuestión judía”.

Esto nos lleva a analizar el aspecto más polémico de Ceresole, y por el cual, su obra intelectual ingresará en una conspiración de silencio: su acercamiento a los movimientos fundamentalistas islámicos, y su rechazo al sionismo israelí.

Es necesario advertir al lector, que Ceresole transformó la crítica que en general se le hace al sionismo: desde una perspectiva académica y con una rigurosidad científica admirable, su crítica al sionismo reformó ampliamente la óptica bajo la cual se trababa el tema. Las teorías conspirativas, muy influidas por la cuestión racial (herencia del Nacional-Socialismo) hacía que todo estudio sobre la cuestión judía cayera en descrédito. Los ataques siempre estaban dirigidos contra la “raza” judía, sin hacer diferenciaciones entre el judaísmo profano del religioso, o directamente, el significado del movimiento sionista en sus diversas manifestaciones. La gran mayoría de los escritos, se quedaban en el antijudaísmo. Ceresole transformo todo el enfoque, pues supo hacer esas diferenciaciones mejorando el análisis, y por ello se constituyó en una amenaza al lobby judío internacional como muchos otros autores entre los que se puede mencionar Noam Chomsky, Norman Finkelstein, Roger Garaudy y tantos otros. Aunque todavía existan aspectos de su teoría que es necesario replantear, dicho trabajo ha representado una brisa refrescante para los enfoques de la teoría racial en las ciencias sociales (2), que lamentablemente no ha sido tomado en cuenta salvo por importantes círculos de la izquierda nacional en Latinoamérica y los movimientos nacional revolucionarios de España, entre otros.
Su éxito, será su silencio. Esta en nosotros no permitirlo.

II – El absolutismo caudillista

En sus últimos años, se acercó al candidato a presidente justicialista, Adolfo Rodríguez Saá, el cual proponía un plan de gobierno muy atractivo, relacionado con las viejas banderas del peronismo. Ceresole salió decepcionado. Prácticamente Saá y sus colaboradores planteaban un nuevo menemismo.

En mi última conversación que tuve con él, hablamos de la concepción del Caudillo y de la Elite : la conformación de una elite, es condición indispensable para preparar el camino al Caudillo. Estando la elite en distintos sectores de la sociedad: Fuerzas Armadas, Iglesia, Universidad, Justicia, dependencias de la Administración Estatal , etc., permite que surgido el Caudillo, la elite le allane el camino para la toma del poder. Todo método es legítimo, mientras se pueda cambiar todo de un zarpazo: es hacer la “gran Chávez” .. una sola votación, un triunfo indiscutible (y no estar pululando años de manera inservible como varios partidos “nacionalistas” de nuestro país), o la “Marcha sobre Roma”, donde toda una sociedad reclama el cambio y apoya la caída del gobierno de turno. Y una vez echo del poder, la transformación del sistema político en torno a la figura del Caudillo.

Ceresole marca en ese sistema dos limitaciones: 1) la corriente democrática: aquella que va a buscar seguir legitimándose en el gobierno a través de elecciones. Dicha estrategia dentro de un mundo de sinarquias, tiene tiempo limitado: le ocurrió a Perón en el `55, y casi le ocurre a Chávez en el 2002. Por lo tanto, hay que eliminar a los “demócratas” de los gobiernos reformadores y transformar el sistema político, eliminando la famosa “soberanía popular”, herejía creada por Jacobo Rousseau. 2) Muerto el Caudillo, muerto el sistema: aquí Ceresole no podía hallar respuestas claras. Dentro de los tipos ideales de Max Weber, el Caudillo ingresa dentro de la Legitimidad Carismática (el “acclamatio” de todo un pueblo nos dice), pero al morir el sistema bien puede caer en una Legitimidad Racional-Legal (en la actualidad dada por la Democracia Representativa ) o en la Legitimidad Tradicional.
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Uno de los últimos libros de Norberto Ceresole: "Caudillo - Ejército - Pueblo. La Venezuela del Comandante Chavez", texto que fue importantísimo para los cuerpos dirigenciales de la primera etapa de la organización de la revolución bolivariana.

Aquí entonces debemos rescatar el pensamiento de Julius Evola: de la Legitimidad Carismática , debemos pasar a la Legitimidad Tradicional , para que el sistema pueda perpetuarse y no caer en el “mal menor” de los tiempos actuales: la democracia electoralista. (3)

El Caudillo es quién debe restaurar los valores tradicionales, y a partir de allí la continuidad del régimen estará asegurada y legitimada. Por tal motivo, es vital la constitución de una ELITE que sepa recrear un Estado con legitimidad tradicional. Alcanzando este propósito, podrá recrearse una nueva dirigencia política y social, que apunte hacia la trascendencia del Hombre y a la iniciación guerrera para confrontar las fuerzas e ideologías engendradas por subversión moderna y la contra-iniciación

La lucha continua entonces. Aquellos que hemos sido influidos por la obra de Ceresole, combatiremos esa conspiración del silencio. Personalmente, Don Norberto representa todo lo que me hubiese gustado hacer de mi profesión. Acompañarlo en sus viajes, en las charlas con los grupos de asesores, en debatir cara a cara el futuro de un gobierno en medio de una crisis donde la vida de uno corre peligro. Lo que hubiera dado para acompañarlo durante sus conversaciones con Velazco Alvarado, con Hugo Chávez, pero esencialmente con el Ayatolla Komeini, el líder espiritual que inicia la rebelión fundamentalista, que bajo nuestra óptica, es lo más serio que se ha hecho en estas décadas para enfrentar la herejía moderna.

Norberto Ceresole, bienvenido a la inmortalidad que nuestra mente y corazón le otorgará por siempre.

Lic. Juan M. Garayalde
Buenos Aires, 07 de mayo de 2003

NOTAS:

(1) Ceresole, Norberto. “Caudillo Ejército Pueblo”. Ediciones Al-Ándalus – Madrid 2000. Cap. V: “Una forma de generación de poder: la producción de Inteligencia”.
(2) Ceresole, Norberto. “La Falsificación de la Realidad ”. Ediciones Tercera Posición. Madrid – 1998.
(3) Acerca de los elementos teóricos que forman parte de una Legitimidad Tradicional, ver: Weber, Max, “Economía y Sociedad” FCE – España 1996 y Evola, Julius. “Rebelión contra el Mundo Moderno”. Editorial Herácles, Buenos Aires 1994.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

LA GUERRA EN LOS CIELOS


LA GUERRA EN LOS CIELOS


Julius Evola, un pensador “maldito”, incomprendido, que tomo decisiones en un mundo en crisis terminal, con conflictos entre el comunismo, los fascismos europeos y las democracias capitalistas tambaleándose ante espantosas crisis económicas. Evola salto del pensamiento a la acción en un siglo fuertemente ideológico y movilizador como fue el Siglo XX, el siglo de las guerras. Muchos se apresuran a juzgarlo, otros a encasillarlo rápidamente. Quién profundiza en su obra, encontrará a un defensor de los valores de la Tradición Guerrera, que busco no sólo en las ruinas del pasado greco-romano, sino en los hombres del siglo XX una realidad.

En uno de los tantos homenajes que se realizan en diversos lugares del mundo, donde todavía se levantan banderas para la reconstrucción de una aristocracia guerrera, el Profesor argentino Santiago Giromini nos sumerge en el mundo de este gran pensador y de la guerra que se libra en nuestras propias vidas y en el mundo.

Xristos Anesti!
Mons. ++Teofano




LA GUERRA EN LOS CIELOS
Santiago Federico Giromini


"No has venido a este mundo a combatir contra cosas sino con dioses"



Hoy rendimos justo homenaje a Julius Evola, a treinta años de su muerte. Conmemoramos a quien nos reveló acerca de la Tradición: de sus mitos, de sus símbolos y sus ritos; de ese hilo dorado que nos conecta con un mundo perdido y olvidado, del cual nuestro mundo actual es apenas una expresión caída y decadente.

Entre las tinieblas de esta realidad evocamos a Julius Evola, en un mundo que con sus sombras nos oculta la Patria Primordial y a sus Guerreros. Así, también al olvido han querido arrojar a este pensador y contra ello emprendemos aquí el camino del Recuerdo, el del Retorno. Por ello buscamos reencontrarnos con su saber, su obra y su Ser para que la potencia de uno de los Sabios-Guerreros más brillantes de la Tradición se haga presente hoy, en tiempos en que lo Sagrado ha caído en el olvido; para enfrentar la batalla final contra el mundo moderno, la última batalla que nos separa aún de una Nueva Era.

Nos hemos propuesto, para iniciar el tránsito por la senda del Recuerdo, para con-memorar al filósofo italiano, referirnos a la decisiva importancia que su legado posee para las nuevas generaciones. Entonces, para tal fin se hace necesario recordar primero, traer su ser a la presencia, recobrar el legado de su saber y su obra para luego sí develar la relevancia que ellos encierran para las nuevas generaciones.

Comenzando entonces por la primera cuestión planteada nos preguntamos: ¿de qué hablamos cuando nos referimos al saber y a la obra de este autor? ¿Hablamos de una información que nos aporta el filósofo, de datos útiles o edificantes que acrecientan nuestro conocimiento? ¡No! Para algunos puede ser sólo ello, pero no, porque Evola no es un mero intelectual, un mero investigador, es un hombre de la Tradición, para la cual la Sabiduría presenta características del todo desconocidas a los tiempos modernos. En ellos se mantienen términos que han perdido su significado original. Como todo, el lenguaje no se ha librado del derrumbe ontológico: de la decadencia. La Palabra ha tocado su ocaso. Desgastada en el uso cotidiano, ha perdido ya su sentido real y su poder. El Logos, el Verbo Solar que ha creado mundos de la nada, hoy no es más que un instrumento.



Foto artística del gran pensador tradicionalista italiano Julius Evola



Como decíamos, en nuestro filósofo no opera la reducción del Espíritu a la mera inteligencia que prima en nuestra época. En Evola se exteriorizó una esencia, un modo de Ser: el del Sabio, el del Mago. El Espíritu de ese estamento que posee el Arte: la Sabiduría...

En nuestros días poseer la sabiduría quiere decir sólo tener información sobre las cosas, esto es así en la modernidad en que el pensamiento es concebido sólo gnoseológicamente, viéndose aquí deformado el sentido original de la gnosis hasta remitir únicamente al conocimiento como la capacidad humana de producir (interiormente) discursos, estructuras proposicionales, para posibilitarnos la comprensión de lo exterior y la obtención de información acerca del objeto de estudio. El conocer, como fenómeno interior, se enfrenta al Ser, como exterior.

Pero en otro tiempo la Sabiduría fue concebida ontológicamente, vinculada necesariamente con el Ser y no con el conocimiento como mero dato de conciencia. Tradicionalmente a la aprehensión de un grado de Saber le corresponde la ascensión en un grado de Ser, lo cual opera cambios que afectan a la totalidad de la persona.

En la obra de Platón, pensador ya de la Atenas menguante, todavía puede observarse la presencia de tal comprensión; puede apreciarse que quien detenta un recuerdo más claro del mundo de las Ideas, es quien más ha elevado su alma hacia el reino perfecto, que es modelo perenne de este mundo. El saber es recuerdo que eleva al propio Ser, reintegrándolo (disolviendo la dualidad: interior-exterior) a la Patria Celeste. Quien a tales alturas alcanza, se ha adueñado de la más elevada jerarquía ontológica, y por ello es el único que puede reinar de modo legítimo de acuerdo a las formas que rigen el cosmos; es el Rey-Filósofo o Rey-Sacerdote, del cual nos habla la tradición que Platón retoma.

Prof. Santiago Giromini - Foto año 2006 - "Semana Guenoniana de Buenos Aires" celebrada en la Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina

Esto es poseer la Sabiduría: ser un Mago. El Mago es quien conoce los fundamentos metafísicos que crean, gobiernan y ordenan el mundo, y quien sabe acerca de su luminosidad, su resplandor o su descenso. Cuando tales sustratos se manifiestan plenamente (se realizan en el mundo), el Sabio encarna esta metafísica y la conserva como justo aparecer del Ser, como su resplandor vivo que brilla en todas las cosas.

Tal conservación de la fuerza original contra el decaimiento hacia lo sombrío, lo informe y lo ilusorio, fue comprendido por la tradición bajo el símbolo lunar, pues la Luna conserva en ella misma la sagrada luz del Sol.

Sin embargo, cuando la catástrofe no pudo -o no tuvo que- evitarse, cuando las esencias primordiales han sido desplazadas por fundamentos falsos, por ilusiones desfiguradas, degradadas de la expresión real del Ser, plasmándose en la figura de un mundo monstruoso; entonces el Mago deberá aniquilar esta falsa metafísica y este falso mundo, cegar con la Luz, con el rayo, toda forma y evocar el retorno de la materia primordial: el caos.

Todo orden ontológico posee su jerarquía. En la catástrofe, en cambio, este orden es subvertido en un reino de sombras que buscan eternizarse ocultando el Ser y su manifestación original. Ante esto el mago libera la inercia de la caída en las sombras, que impera en la ilusión, para cumplir con la esencia de tal estado: desembocar en el Abismo, en el Reinado de la Noche, en la absoluta oscuridad.

Por la Tradición lo simbolizamos con el Sol Negro, aquél de la destrucción o mediante el Eclipse, pues el Sol niega aquí su luz creadora para extinguir a una Luna, que ya no es el aparecer de su luz sino un juego de penumbras ilusorias que han pretendido negar el Sol. Es este el exterminio de todo fundamento: es el fin del mundo.

Por último, a partir de la Noche Sagrada, en el Caos, encuentra el Mago la Materia primera, y así encarnará su Saber como Creador, abriendo y abriéndose a la "tempestad que da alas", re-creando a partir de él los fundamentos sacros y dando vida a un nuevo Origen.

El Mago es por tanto quien conoce este camino, este anillo: de la Creación, de la luz pura que engendra mundos, de la Apariencia, de la manifestación, del brillo, del aparecer de lo primordial; y de la Ilusión, del extravío, y de la deformación del fulgor en la tiniebla y del olvido del Ser Absoluto.

El Mago es quien conoce la profunda historia del Cosmos, y como Sol, como Luna y como Eclipse emerge, y afirma en su Ser su Saber: sosteniendo y conservando el aparecer real de lo sagrado, destruyendo las sombras de la ilusión y creando universos con su poder. Creadores, Iluminados, Exterminadores: ellos Son.

Por ello, de este modo nos hablan los Herméticos de quien posee el Arte: "Ellos deciden acerca de quien rige los cielos". Así lo supieron los antiguos y la ausencia de tal saber llama a la Memoria en nosotros.

Ahora sí podemos retomar nuestro camino -luego de haber intentado divisar tras ilusiones sombrías, la esencia del Saber y sus misterios guiados por el cordón dorado de la Tradición- y aclarar a qué nos referimos cuando hablamos de la Sapiencia y la Producción de Julius Evola:




ESPARTA - La Aristocracia Guerrera por excelencia


La Sabiduría de este Filósofo es manifestación de la Metafísica Primordial, de las esencias traídas a la tierra por la mano de los dioses, a cuya luz se revela nuestra época presente como una de-formación, como la exteriorización de una contra metafísica catastrófica, cuyos fundamentos son manejados por seres inferos que controlan las existencias de los pueblos que se debaten hoy entre el sueño y la ceguera. Estos seres-inferos no dominan realmente las ideas con las que operan y ellos mismos son víctimas de la caída, de la des-figuración del Espíritu presente en esta ilusión espantosa en que nos encontramos.

Como portadora de tal visión, la Obra del filósofo italiano nos arenga a una ofensiva destinada a liberarnos de esta esclavitud; de ser sólo títeres de fundamentos decadentes. La obra de Julius Evola nos llama a la destrucción... y a una Búsqueda.

Llegado a este punto, nuestro recorrido encuentra cerrado su camino; pues, si este es el significado del Saber y la Obra de Evola: ¿Qué relación puede tener esto con los jóvenes? ¿Qué sentido puede tener su pensamiento para las nuevas generaciones?

Según la visión común que suele tenerse de los jóvenes, ellos no sienten un rechazo real hacia este mundo más allá de la rebeldía de segunda o de los sentimentalismos, que le hacen el juego al sistema-técnico mediante el cual se manifiesta la modernidad imperante. Ellos se mueven constantemente entre ilusiones como si éstas fueran cosas reales, y cuando sienten descontento sólo enfrentan a esas sombras otras quimeras, paso a paso, cada vez más decadentes... y a pesar de todo, en cada nueva generación como de una lóbrega luz, irradia la posibilidad del final y del nuevo principio.

Ahora bien, los jóvenes podrán confundirse en cuanto a lo que creen, juzgan y dicen. Sin embargo, su Ser y su existencia guardan una verdad, que a pesar de permanecerles oculta a ellos mismos, es sustento de la Victoria futura y fuente de esperanza para quien la pueda des-ocultar; corriendo los velos, el telón del contexto actual.

Debemos observar la situación existencial de las nuevas generaciones con una visión más profunda, con una mirada que penetre en lo que realmente permanece velado tras la cerrazón. Tenemos entonces que sumergirnos en lo profundo y llegar al fundamento de lo real. Centremos la mirada en el contexto en el que hoy habitamos, también aquí la guía del pensamiento evoliano se hará presente.

Los jóvenes están -y deben desplegar su ser- en una era que sólo ofrece la resignación para poder soportarla. Y digo los jóvenes, si bien todos estamos en el mismo mundo, porque es más terrible para quien recién ha sido lanzando a él y aún está en el proceso de "adaptación". Por ello es siempre latente la posibilidad de la victoria.

En este mundo no puede divisarse ningún sentido, nada parece poseer un verdadero fundamento. La verdad misma, otrora conquista suprema de la Creación, Cosmos desentrañado a las sombras de la Nada, fruto del desocultar todo cuanto es; ha decaído ahora a ser sólo una correspondencia exitosa entre el discurso perteneciente a un sujeto con la "imagen exterior" del mundo (objeto).

De este modo acontece el juego ilusorio entre una interioridad cerrada en sí misma y una exterioridad "dada", aceptada como existente. En ese juego, el individuo pretende recortarse del cosmos, aislándose, para luego salir de su encierro remitiéndose a lo exterior. Lo que recuperará como verdadero será entonces sólo una "imagen", un punto de vista, obtenido a partir de fenómenos accidentales, pues sin poder concebir el sentido total (cósmico) que revela la esencia última de todas las cosas, arribamos nada más que a una verdad relativa y nula, "útil" a efectos de operar sobre accidentes, pero no sobre el Destino Universal, ni sobre nuestra existencia. Tal verdad sólo brinda el poder de manipular la tierra muerta, nada más.

La verdad ha huído y con ella la posibilidad de comprender nuestra existencia en la claridad de la luz divina.

Todo es oscuridad y confusión, y aún concibiendo la cerrazón de la Tiniebla no puede hacerse nada, no hay causa o visión a la vista que pueda encender de sentido la vida. Todas las "salidas" están clausuradas; las vías de acceso a la trascendencia: a la Sabiduría, al Heroísmo, al Arte; están cerradas y sus selladas puertas han sido olvidadas, tras los sueños de felicidad, tras la promesa de una vida fácil y cómoda ... tras el letargo.

Aun así la farsa sigue. Hoy, se supone, que es la juventud el periodo en que todo es posible, a los jóvenes se les permite soñar con utopías, con cambiar el mundo, con llegar a realizar su propio Ser más allá de los límites miserables que el contexto que enfrentan les impone. Pero luego, claro, tendrán que "despertar" a la edad adulta en una realidad donde nada de lo fantaseado es posible y entonces los caminos a seguir son: Identificarse con lo que hay, y no muchos pueden hacerlo con verdadera convicción, (lo que nos da como resultado este parodia llena de hipócritas en el cual vivimos), o resignarse a lo que hay. Algunos llaman conformismo a esta resignación, pero conformismo es una palabra muy débil para designar el desencanto con el que se vive.

"El desierto crece", y cada vez se llega a la resignación con más rapidez. Hoy tenemos este fenómeno llamado juventud trágica o adolescencia trágica; que consiste en que los chicos se dan cuenta más velozmente que este mundo no vale nada, y que su vida en él tampoco valdrá mucho más... y se resignan más rápido.

Aquellos que sin embargo sienten atracción hacia alguna actividad o poseen una vocación pronto descubren que aquello que pensaron podría realizar su Ser termina viviendo su vida en lugar de realizarla. Porque ya no hay Arte, una tarea con la cual nuestro Ser se identifica, a la que se une y a partir de la cual se realiza y trasciende, sino sólo Trabajo; una actividad que concluye por fundirse en una rutina, en una cotidianeidad que todo lo devora, en una intrascendencia y una obligatoriedad que condena nuestro Ser a la esclavitud más cruenta que se haya conocido, una esclavitud ontológica.

Todo se transforma en trabajo, todas las actividades antaño sagradas: el Sacerdocio, el mando, las artes. Todo cae, bajo la inercia de la pesadez de un mundo sin las alas del Ser, a la ciénaga de lo cotidiano. Ya no guardan todas las cosas la santidad y el sentido del Cosmos, ya la divinidad ha huído lejos, perdiéndose en los cielos infinitos... o quizás peregrina oculta por la tierra oscura, entre aquellos que han olvidado.

La vida se ha tornado homogénea, monótona, pegajosa; la intrascendencia es la fuerza predominante y poco a poco hasta la piedra más dura es desgastada completamente por ese mar.

¡Pero claro!, no debemos olvidarnos del tiempo libre y de los pasa-tiempos, que cortan cotidiana y calculadamente con la rutina laboral; actividades dirigidas a generar cierta distracción (al olvido de sí) para que el tiempo se nos pase un poco más rápido. Mientras tanto, la Muerte espera a riesgo de morir ella misma de aburrimiento.

Sólo se trata de llenar el vacío, y si el vacío se hace sentir demasiado; la situación es más grave y habrá que recurrir a los sustitutos de sentido, ficciones que prometen otorgar un valor, devolver su magia, a la existencia postrada.

Si bien abundan los ejemplos, uno interesante lo representan las expresiones del espiritualismo moderno: new age, yoga, magia, espiritismo... Sí, también disciplinas tradicionales como el yoga o la magia pueden operar como sustitutos, degradados primero y deformados luego, pasan a ocupar su lugar en la tragicomedia moderna.

Sí, la opacidad reinante quiere sumar a sus efímeras expresiones algo de brillo, y muchos se confunden también dentro de este vacío a pesar de intentar marchar por una senda supuestamente tradicional, perdiéndose en el imperio de lo intranscendente. Porque la Tradición no es este mundo degradado más fantasmas y hadas. Si se adoptan las pautas existenciales que la modernidad representa, propone y difunde, la vida estará por completo vacía de sentido; alguna cosa podrá movernos emotivamente, despertar entusiasmo al principio o esperanzas de que determinada práctica llenará nuestra existencia, pero finalmente la inercia de la catástrofe termina por precipitarlo todo a lo efímero a una nada de la cual nada sale.

Aún puede aplicarse esto para quienes encaran de modo auténtico las disciplinas sagradas, pero viviendo sin enfrentar el actual contexto. Tomando un ejemplo prestado a Shopenhauer podemos decir que si echamos un poco del mejor vino en un tonel de basura, como resultado tendremos basura. A estas alturas ya no se trata de condimentar los desperdicios sino de tirarlos, de despertar a una visión de la catástrofe y de llegar a un enfrentamiento total, a una Guerra Absoluta.

En conclusión, el hombre moderno ya sea esclavizándose en el trabajo, llenando el vacío del tiempo (que a cada paso lo lastima) con distracciones o haciéndose adicto a sustitutos de fundamentos Verdaderos para evitar el vacío, no puede encontrar significado alguno a su existencia, y así a cada momento deviene hacia la Nada. A un Abismo que deberá ser cruzado. Es que finalmente el hombre moderno que quiso ser libre despreciando lo Sagrado, ya no sabe que hacer para liberarse de su propia libertad.

Ningún sentido para la existencia a la vista, en esta edad que hoy se disfraza de víctima agonizante, de Post-modernidad, que con el atuendo de no-verdad y con sus fundamentos débiles finge rendirse para evitar el inminente Ataque.

El hombre moderno retrasa su final, aletarga su inexorable devenir hacia la Nada; su vida es sólo un poco de veneno cada día, un poco de sinsentido coloreado y disfrazado, un poco de nada cada día; para no tener que enfrentar el vacío de su existencia, para no enfrentar la Muerte de una vez por todas y superar la Angustia Total que ella ocasiona, a través de un Sentido Real. Y cuidado que hablo del hombre moderno, pero todos estamos expuestos a la inercia de la catástrofe; tal fuerza nos rodea, penetra en nuestro Ser buscando darle una forma ilusoria, envolverlo en la Penumbra, hundirlo en el ocaso. Y en consecuencia, nos encontramos siempre enfrentados a ello, siempre entre la Perdición y la Victoria.

Y, ¿pueden los jóvenes percibir esto? y si lo logran ¿pueden enfrentarlo? De uno u otro modo cada joven es un choque de fuerzas en que la inercia del sinsentido puede triunfar o ser vencida, y del resultado de tal conflicto dependerá la forma impuesta a la propia vida. Por esto cada nueva generación es una gran guerra y una gran oportunidad.

Pero como todo en el contexto actual, la guerra total también encuentra un sustituto; en el sueño de cambiar el mundo, el afán de organizar de un modo más justo las ruinas actuales para evitar el dolor de los más. Sin embargo, no existe otro modo de cambiar esta realidad que dejándola ser lo que es: la Nada. Sólo una negación radical esgrimida contra los fundamentos del mundo moderno, y no un aceptar como real el estado de cosas para buscar luego una mejor administración, sólo eso puede salvarnos, sólo eso puede liberarnos.

La Tradición vuela más alto y nos advierte acerca de este sueño burgués y comercial de inter-cambiar el mundo, ella nos dice que el mundo a mutado de Oro a Plata, de Plata a Bronce y de Bronce a Hierro; ya no es posible otro inter-cambio, ni engañando al comprador. Sólo queda tras-mutar, llegar a una transformación profunda, total y trascendente. No es este un cambio de cosas sino de Ser; no es este cambio una transacción administrativo-comercial sino una misión guerrera: se trata de que con el hierro de nuestra era se forjen en la disciplina del fuego y el tormento, los Seres que reconquistaran el Oro perdido.

Estamos en el Hierro, a pesar de que el pensamiento (caminando por la senda de la Tradición) despierte el recuerdo e ilumine una Fiesta en la cual nos reencontramos con los símbolos primordiales. Sin embargo, nadie puede afirmar hoy que ha encontrado el sentido, aquel que puede alumbrar un Mundo Sagrado e iluminar la mágica Tierra. Son tiempos estériles, y a pesar de que aún hay valentía, y que también brilla el recuerdo original en unos pocos, nos faltan los Creadores; aquellos que en la osada búsqueda, guiados por antiguos símbolos, pueden encontrar.
Y hoy es tiempo de Creadores, cuando lo que ha sido iluminado como creación en el Alba de los tiempos y que fue luego conservado como Sagrado, ha declinado en la ilusión. Podrá señalársenos que tal fenómeno no es característica única de los tiempos modernos, es cierto, nuestros antepasados conocieron las sombras, las expresiones degradadas del Ser, sus facetas más confusas y oscuras, conocieron y enfrentaron la Desgracia, ¡pero como Desgracia!. Sólo en la Modernidad, en la fase última, se ha querido y podido ocultar la Desgracia al punto de organizar y estructurar la ilusión presentándola como sistema e imponiéndola como única realidad. La Modernidad no enfrenta; escapa y se engaña a sí misma. Los antiguos padecieron la Desgracia como ausencia de la gracia, y por tanto lucharon siempre para retornar a ella; guardando su poder y su recuerdo en el Mito y persiguiendo tenazmente la restauración del Oro, del Paraíso, en las azañas que han forjado las Leyendas.

En nuestro tiempo la gracia también está ausente en la Des-Gracia y la Des-Gracia está oculta tras la ilusión, por ello la posibilidad de restauración heroica se hace imposible sin antes vencer primero al Reino de las Sombras, si no se lo destruye por completo. Y es por ello el sueño de cambiar el mundo un deseo inútil, un fuego sin trascendencia que se consume en sí mismo, dejando un desierto en nuestro interior.

Estamos en la fase última de la Edad de Hierro, pero también podemos abandonar por un momento los Símbolos de la Tradición y desentrañar el contexto actual en los términos en que ha sido comprendido, dentro de la modernidad misma. Así diremos que contemplamos el rostro del Nihilismo occidental, la carencia total de lo Sagrado, de la claridad y la verdad, del Sentido del mundo y de toda existencia. Este fenómeno que comenzó afectando a las altas esferas del pensamiento y el poder, hoy es una peste que afecta a casi toda la población de Occidente. Y no obstante, es más grave para quien recién despierta en esta tierra vacía de toda Gloria, de toda Felicidad real, es más grave para los jóvenes, y sin embargo el signo de la Victoria siempre se les ofrece. Tomarla o no depende de la Voluntad.

Dentro de la ilusión, adictos a ella, los artífices de la corrupción festejan sus logros y nos dicen: "¡Hemos des-hechizado el mundo!, y continúan su avance desencantando todo lo que tocan. ¡Adelante! ¡Sigan! Ya renunciaron al Cosmos, al significado total, ya se afirmaron en una mísera individualidad enfrentándose a la tierra que conciben como una cosa a dominar por medio de su razón técnica, (a destruir por su ignorancia arrastrada por los sueños de un "progreso" desquiciado). Esta ratio que es la expresión devaluada del Pensamiento; aquel que arrancó mundos de la Nada, por el cual todo se nos hizo presente, aquel que detentaron nuestros sabios, nuestros líderes y nuestros poetas, hoy es la herramienta de manipulación de científicos, políticos e intelectuales.

¡Continúen! La nada espera.

El desierto crece y el hombre moderno guarda desiertos dentro de sí. Como la pandemia más aterradora que ha enfrentado la humanidad se extienden las enfermedades de la personalidad (lo que ellos llaman patologías mentales) por todos los rincones de Occidente. ¿Podría ser de otra manera? ¿No fue la modernidad acaso una gran Neurosis que desarraigó a los hombres de la claridad del Cosmos, ocultando el Sentido, para dejar a los individuos hacerse de su propio sentido y sus propios ritos? ¿No convirtieron la personalidad en una ilusión sin sustento, sin suelo en el cual afirmarse? ¿No transformaron la vida en algo eficientemente insoportable, con la gota constante de la monótona cotidianeidad cayendo sobre cada hombre hasta partir incluso a los más fuertes?

Así avanzan, así arriban a la locura, la lucidez volverá a acompañarlos justo al final del camino, un instante antes de enfrentar la Muerte... y será tarde.

Éste es el Nihilismo que hoy carcome las entrañas del Sujeto moderno. Ese Sujeto que profanó a la Diosa, que desacralizó la Tierra, y la puso como Objeto; ése que se desendiosó a sí mismo poniéndose como Sujeto, encerrándose en la prisión sin Cosmos de su individualidad, arrojando la divinidad fuera de sí y del mundo, al infinito, a un Cielo en el cual ya no puede creer.

De este modo agoniza hoy el espíritu enfermo de una época; y en su agonía comienza a mostrarnos su verdadero rostro, poco a poco la penumbra se disipa, y los Signos del final aparecen... a quien puede Ver.

La edad técnica aturde con sus habladurías con sus fanfarrias progresistas, y con su frenético movimiento. Pronto tales sonidos se fusionan, se tornan homogéneos, se vuelven fondo: Silencio. Donde como un poderoso rayo la Voz de los Cielos puede irrumpir.

Podríamos acabar esta tragedia diciendo que: Así es como en la modernidad, esa edad que puso la vida por sobre todo, tratando de apartarla del sufrimiento, de la dura búsqueda de la Sabiduría y del arriesgado heroísmo; terminamos por darnos cuenta de que: La Vida ha perdido ya toda su Gracia, y lo que es peor, ha degenerado en algo monstruoso.

La edad muere, y en su caída arrastra un mundo con ella, un mundo que se desfigura y que con sus cosméticos recursos técnicos trata de ocultar su faz cadavérica.

Bien, éste es el contexto en el que realmente deben habitar las nuevas generaciones, ellas pueden conocerlo o no, pero su esencia entera depende del enfrentarlo o el padecerlo: de la pérdida o la conquista del propio Ser. A su alrededor se agita una orbe de espectros; adictos al consumo, a los sustitutos de sentido, a lo efímero; muertos en vida que precisan de sangre joven para continuar la farsa, de la cual su alma a caído prisionera.




ARISTOCRACIA GIBELINA - Escudo de guerra de la Dinastía Hohenstaufen


Pero hay quien ve la Pesadilla y hay también quien puede despertar. Existen quienes pueden sentir un rechazo hacia este mundo, tener ante él una experiencia angustiante y liberadora ante la Nada de la cual es expresión, enfrentar el vacío y superarlo. Algunos disiparán el espejismo de felicidad en esta quimera repleta de hipócritas, de infelices tras máscaras sonrientes,de pragmáticos utopistas y de ateos creyentes. Algunos podrán desenmascarar la farsa, y ver tras la máscara: las Ruinas. Y no las reconocerán como su verdadero mundo.

Todavía hay quienes pueden sentir una Unión, un vínculo con lo divino, una percepción velada, una Idea, una Visión; tal como si la Tierra Mágica los visitará en sueños para guiarlos a su futuro encuentro.

Éste es el Recuerdo de lo Sagrado; fruto del llamado del Origen cuyos sonidos, tras el ruido maquinal de la edad técnica, aún algunos pueden escuchar. Tal clamor es el que llega bajo la forma de la visión sesgada y del recuerdo. Como la eterna nostalgia por un Paraíso perdido, nos convoca a Conquistar los Cielos, a liberar la divinidad.

Ese llamado, que proviene del pasado remoto y del futuro próximo, tiene el poder de hacernos sentir como Ángeles, caídos en esta oscuridad. La fuerza de conectarnos con una guerra arcaica, presente y venidera: Perpetua, fiel al anillo del Ser... ¿Podremos reconocer en la guerra misma el Paraíso?

El recuerdo despierta en muchos, pero no a muchos despierta. A quienes les abre los ojos les abre también un camino; disolviendo el ensueño, la falsa felicidad. Tras la farsa emergerá la Des-Gracia... y percibir esta gracia ausente es quererla de vuelta e ir a buscarla. Quienes comprometen su existencia en esta misión, buscan el Grial, la piedra del exilio, lo sepan o no; y van tras una nueva santificación del mundo... Tras el Nuevo Mundo. Percibir el Reino caído y al Rey postrado, "hacer la pregunta" por el fundamento de tal estado: su "porqué"; y a partir de allí emprender la misión, el viaje a la Fuente, a la Potencia de la cual emana la Gloria, para lograr la Restauración de la Tierra. Éstos son símbolos con los cuales la Tradición ilumina el rumbo de aquellos que combaten la Desgracia.

Es la reminiscencia de lo Sagrado el fundamento de la Búsqueda. Sin embargo, muchos han emprendido una búsqueda sin fundamento que es sólo hija del vacío, una reacción ante él. Nos encontramos en una época de búsqueda. Ella acontece incluso en aquellos que desde sus funciones o posiciones sociales nos parecen más persuadidos; y es que esta quimera ya no convence a nadie. Incluso el político, el intelectual o cualquiera de esos que hoy "mandan" y "saben", saben sólo como deben actuar cuando salen a escena; pero al bajar el telón ya no Creen, y muchos, heridos por la Nada; dirigen su mirada más allá. Mas tal persecución troca en una pasión inútil cuando no se compromete la existencia entera en ella. Asumir el Anhelo que bendice y llama a nuestro alma, de modo impropio, harán naufragar la existencia en la hipocresía patológica, en el abrazo desesperado a sustitutos de sentido y en enfermedades de la personalidad.

Sin embargo la búsqueda sin fundamento encierra un valor, en tanto reacción o rechazo ante lo vacuo, implica un paso afuera del mundo, pero también un paso dentro de nada. De uno u otro modo, muchos participamos de este proceso, de esta Cruzada. Algunos se pierden en ella y otros avanzan rumbo al nuevo amanecer marchando sobre una senda eterna.

Y es justamente en esta época de extravío y de paso a un nuevo horizonte, que la Sabiduría, la Obra y el Ser de Julius Evola irrumpen como el rayo nocturno, para traer a la Tierra la velada luz divina.

A través de su genial Obra, la Tradición se hizo presente en las postrimerías de la modernidad, como la manifestación de la Voz primordial para despertar la Memoria sagrada. Y esto es así porque la Tradición, con sus mitos, sus símbolos y sus ritos, devela las vías por las cuales la búsqueda se realiza en forma verdadera. Porque ella es la revelación de la Gracia y su camino: de su Ausencia y de su Retorno.

Y sin embargo, como nos advierte Evola, incluso dentro del sendero tradicional, la Búsqueda puede vivirse de dos maneras:

Una consiste en concebir esta edad decadente como un estado pasajero del cual debemos esperar su término para arribar a una nueva Edad Dorada. Tal búsqueda es pasiva, es una espera.

El otro modo de encararla es sabiendo que: "el río de la historia corre por el lecho que el hombre mismo le traza". Que este mundo en ruinas es producto de oscuros artífices, de los mercaderes, esclavos y parias que han poseído y poseen el poder político, cultural y económico. Esta Cruzada es contra la decadencia y sus artífices: es la Guerra.

Evola afirma su existencia en esta posición, tras la visión de este orbe de ruido como una prueba, un gran riesgo y un llamado al combate.

Ahora se nos hace clara la relevancia que el pensamiento evoliano encierra para los jóvenes, quienes en el marco actual se debaten entre la adhesión, la resignación y la búsqueda, y en cuyo interior se dirime el conflicto por la continuidad de la corrupción o el regreso de la Salvación. A través del filósofo italiano, y en momentos decisivos, reciben la llamada al combate, a Velar junto a una Legión eterna.

Mas lo dicho no debe hacernos creer que la doctrina tradicional da "recetas" acerca de cómo pelear esta guerra, y menos aunque nos dice cuál y cómo será el nuevo aparecer de la Esencia. ¡Abandonemos de una vez por todas la modernidad! La Tradición no da soluciones técnicas, no se encuentra en manuales que facilitan información sobre el objeto para operar sobre él. Ella es la senda que transforma nuestra existencia en camino al Ser absoluto, una sustancia que cobra nueva vida en nosotros, no un conjunto de teorías interesantes o útiles para la vida cotidiana. No es el determinismo actual, es la Libertad absoluta.

Por ello, realizar el camino tradicional no es nunca aplicar lo ya hecho en otro tiempo, eso no es hacer acontecer lo Eterno. Hoy podemos levantar antiguos tiempos, vestir viejos uniformes, desempolvar pretéritas manifestaciones de lo Sagrado, pero el Sentido no estará con nosotros y tal obra no será más que una parodia.

Lo Sagrado siempre es lo mismo, pero no es lo igual. Es lo mismo que aflora siempre de modo diferente. Por esto recuperar la Tradición es retomarla de forma creadora, haciendo comenzar lo mismo (la Gracia original) pero necesariamente de forma diferente. Así, mediante cada Iluminación, se descubre que el anillo del Ser es tal vez una espiral oculta.

Sin la potencia de la Iluminación sólo desenterraremos piezas de museo. Pero ¿es hoy posible la Creación "en tiempos en que los dioses han huído"? Y no lo es sino sólo como fruto de una guerra. No lo es si no puede vencerse primero está vida desarraigada de todo significado auténtico, esta existencia que se esfuma y se disuelve en lo Infero, en un pasar sin un porqué y un para qué, en un Abismo en el cual aún nuestra era no se atreve a Caer.

Durante mucho tiempo, un conflicto a veces imperceptible, cobra forma a nuestro alrededor. Cada nueva generación es la esperanza de gloria para unos pocos y la renovada promesa de la Victoria final por sobre un mundo.

¡El desierto crece! ¿Acaso tú no has experimentado ya ese anonadamiento interior? ¿Nunca has creído tener dentro de ti un páramo? ¿No has padecido el embate de una fuerza que te transforma en suelo Infértil? ¿no has vivido en carne propia la muerte del Espíritu, reflejo del Ocaso?...Y sin embargo, otras veces no has sentido el fuego que se inflama enloquecido ante el apagamiento del propio Ser? Y ardiente de tal furor ¿No has decidido arrojarte por entero contra la ruina de ti mismo, lanzarte al final precipitado o a la Salvación?

¡Ésto es la Guerra!

La búsqueda del Sentido mismo nos conduce a desocultar la Amenaza que se oculta en esta vida cotidiana e intrascendente, en las pequeñas pero constantes y arteras heridas que nos hace día a día el desierto creciente, al punto de hacer añicos millones de espíritus y voluntades.

La Rebelión debe hacerse manifiesta como contracara de la vida efímera y estéril, porque tal lucha santifica la propia vida, la vincula y la abre a lo trascedente.

No debe creerse que confundimos aquí la Fase Heroica, una parte del Ciclo, con la finalización del mismo. Si bien no podemos, en este escrito profundizar acerca de tal cuestión, diremos que aun en la Edad de Hierro, mediante el heroísmo, muchos se abren paso a los Jardines del Paraíso. Incluso algunos valientes guerreros han trazado límite ('Katechon') a la desgracia y a la miseria de la edad, en las Islas, poniendo a resguardo a sus pueblos y ligándolos a la trascendencia pero ¿Esto haría posible realizar tal proeza? Y si es posible lograr el emerger de territorios donde la Gloria triunfa, ¿No retrasa ésto la caída absoluta y el nuevo comienzo?, ¿No debemos acelerar la destrucción?

¿O el heroísmo es hoy sólo rumbo que conduce o a la propia inmortalidad o a la conclusión del Ciclo y la conquista de la nueva Edad de Oro?

Ante tales interrogantes, debemos responder: quien quiera mandamientos que los busque en otro lado.

Los Ciclos, las Edades y el Cosmos mismo todo es Símbolo iluminado y alumbrador. Símbolo que existe para ser re-encontrado en el propio camino para cobrar nueva vida, para ser re-creado y no para cosificarse y pudrirse como objeto de culto de una veneración idólatra y ciega.

Hacia la recreación de los símbolos nos conduce la luminosa guía del pensador-legionario, cuya Obra arenga hoy más que nunca, a las nuevas generaciones, llamándolas a enfrentar como una riesgosa prueba su destino actual. Pues sólo a través de esta lucha podrán liberar su propio Ser.

Evola, quien es parte de la eterna Legión que Vela en torno al fuego de Ur, a la llama Eterna que transporta la Tradición; nos convoca a recuperar el poder del Origen, a empuñarlo en una ofensiva a través de la cual nos lancemos a conquistar el Mundo, creando otra realidad.

Y no sólo las Tierras Aureas pueden ser Conquistadas mediante la Batalla. En esta Búsqueda activa también podremos alcanzar nuestro verdadero Ser. Porque es la Guerra el camino en que la Gracia se manifiesta a través de lo heroico. Es la marcha por la senda de la Gloria y la Victoria contra el Reino de los muertos en vida, más allá del cual se encuentra la Inmortalidad...

Sí, sabemos lo que se encuentra allende el Abismo, tras la Cruzada, tras ella, sin haberlo alcanzado aún, sabemos lo que nos espera: el Origen, la Divinidad, la Tierra Mágica, otra vez... ¡La Inmortalidad!, ahí está, para quien pueda conquistarla.

Poco a poco las nubes de la última Tempestad nublan el cielo de una era; cuatro jinetes se aprestan a liberar la destrucción, y un Dios Peregrino, oculto tras el sayo y el olvido, comienza a reunir a aquellos que velan para la Batalla. En tales tiempos el Llamado se abre camino y brinda sus señales en la Obra de Julius Evola.

Un final y un nuevo comienzo se retrasan o se avecinan, y la guía que del pensamiento evoliano representa puede servirle a los jóvenes, a las nuevas generaciones, para abandonar causas efímeras y estar a la altura del tiempo, del fin de los tiempos, que les toca enfrentar.

Concluimos este viaje por el Reino de las Sombras, a través de una época tenebrosa, en la cual también Evola libró su Guerra.

¡Qué la Gloria sea para quienes se atreven a lanzarse a tal precipicio y probar su Ser en él! ¡Que la Gloria sea con quienes han buscado la Divinidad en el fondo del Abismo, porque aún en el Infierno, han podido recordar el Paraíso!

Finalizamos también aquí nuestro homenaje a Julius Evola, Sabio de la Tradición; quien, a diferencia de los "sabios" actuales, no cayó -en el enredo de lo efímero- prisionero de la decadencia reinante y comprometió su existencia toda en conquistar el sentido absoluto del Cosmos, batiéndose en una Guerra en los Cielos donde el destino del Universo se define.

Por ello, y porque es parte de la defensa del Fuego Divino mantener vivo el Recuerdo de los héroes; quienes hoy decidimos, combatir este mundo desencantado y unirnos a la rebelión contra el mundo moderno, en nombre de la Tradición y el Retorno de lo Sagrado, evocamos hoy a Julius Evola. ¡Que su Espíritu Inmortal luche con nosotros esta gran Guerra!


*Santiago Federico Giromini - Filosofía UBA - Especialista en la obra de Martin Heidegger - Escritor, Ensayista, Docente - Miembro del comité organizador de la "Semana Guenoniana de Buenos Aires".

sábado, 24 de octubre de 2009

Los otomies un pueblo olvidado


LOS OTOMIES UN PUEBLO OLVIDADO


Los otomíes juegan un papel muy importante, mucho mayor de lo que se cree, en la prehistoria y la historia del México antiguo. Una mirada atenta al pasado de esta cultura revalora la influencia de este grupo y su contribución al desarrollo de la lengua plural del centro del país en la influencia de los antiguos habitantes de esa región del altiplano central.

Los que buscan entender el papel de los habitantes del otomí en el centro de México encuentran grandes obstáculos desde los historiadores y un cumulo de juicios negativos desde los estudios novohispanos hasta estudios recientes que exageran las contribuciones nahuas a expensas de otros grupos de lenguas diferentes a la nahua. Lo que vemos de esta concepción es que los otomíes no podían participar activamente en la vida de los demás pueblos, siendo así los grandes marginados. Pero si atendemos un poco más de cerca esta cultura nos encontraremos con una mirada mas compleja. Los otomíes tienen una raíz muy profunda en esta región del centro, por lo que participan de una manera más profunda en el desarrollo de las culturas de Mesoamérica, desde el surgimiento de las primeras poblaciones hasta nuestros días.

La Nación Otomi han sido grandes marginados de la historia americana


Acostumbrados a ver los grupos indígenas como independientes con identidades y cultura independientes y perfectamente bien definidas, sin tomar en cuenta que la lengua, la cultura y la etnicidad, se relacionan y tienen independencia. Si se reflexiona se vera que la lengua es solo un aspecto de un mosaico cultural.

La lengua es una variedad en el habla, inteligible internamente y de baja inteligibilidad en lo externo, así mismo las lenguas se subdividen en dialectos, inteligibles entre sí, pero con diferentes pronunciaciones, en su vocabulario y aún en su gramática. Si bien es cierto que las lenguas son importantes aspectos de una cultura, también hay otros rasgos culturales y de gran peso.

Escenas de una procesión religiosa de los otomies


La cultura de un grupo humano puede definirse por sus ideas, sus valores y su manera de comportarse, adaptándose por las regiones geográficas, sistemas políticos y sociales, así el concepto de una etnia aclara una comunidad de una lengua, afinidades biológicas, económicas, biológicas, sociales y de cualquier combinación de estos mismos aspectos. Los otomíes desde tiempos remotos han habitado en diversos entornos geográficos entremezclados con diferentes grupos de habla de otras lenguas, por lo que es difícil definir como cultura propia. Actualmente se ha tratado de unificar esta cultura en base sus hablas semejantes, tratando de fomentar y preservar esta importante etnia.

Se ha visualizado el idioma otomí en cuatro hablas: 1) El otomí occidental, hablado desde el valle de Toluca hasta la sierra Gorda, pasando por el valle del Mezquital. 2) El otomí oriental, hablado en la sierra Madre. 3) El otomí de Tilapa, hablado en un poblado al sureste de la ciudad de Toluca. 4) El otomí de Ixtenco, hablado en la falta del volcán la Malinche. Es interesante mencionar que el otomí es una de las lenguas más antiguas de México.




Escenas de una fiesta del pueblo otomi


Actualmente es el más numeroso grupo que habita en la región noreste del Estado de México, el centro del Estado de Hidalgo y algunos grupos dispersos en los Estados de Guanajuato, Veracruz, Querétaro, Michoacán, Puebla, Morelos y Tlaxcala.

El cultivo más importante entre los otomíes es el maguey, pero también producen maíz, frijol, nopal y chile, que constituyen la base de su alimentación. La escasa actividad agrícola y la carencia de industrias en la zona otomí, ha provocado que los varones emigren hacia otros estados como son, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí. La ganadería es una actividad secundaria pero suelen tener, sobretodo en las zonas montañosas sus ovejas, cabras y cerdos.

Utilizan utensilios, ollas y trastos de barro, cucharas bancos y cajones de madera. Duermen sobre petates o camas de tabla. La unidad básica social es la familia, de la cual tienen gran estima y constituye uno de los valores más altos en sus usos y costumbres.


Centro Ceremonial Otomi - Celebración de la Primavera


Las comunidades otomíes presentan una organización política basada en la Constitución Mexicana, en las leyes estatales y municipales, actualmente los representantes de algunos municipios y delegaciones son en su mayoría otomíes, aunque también predomina una organización a nivel etnia de poderes de un Jefe supremo y delegados en las diferentes regiones, quienes unidos tratan de llevar a cabo la inculturación otomí, perdida o casi perdida en algunas zonas, restableciendo en ellas sus usos y costumbres.

La mayoría de los otomíes practican la religión católica, aunque hay otras religiones protestantes que se han infiltrado. Las festividades se realizan a través de varios ceremoniales y ritos de algunos santos católicos que identifican a las comunidades indígenas. Estas festividades están realizadas a través de las mayordomías, en donde todos los habitantes participan en cierta forma y distintas fechas. La penetración de religiones no católicas ha influido en la fractura de las relaciones en las poblaciones otomíes, la disputa entre los distintos credos, se refleja en las celebraciones y fiestas tradicionales. Los hijos de padres no católicos, por ejemplo, tienen prohibido rendir homenaje a la bandera nacional o cantar el himno nacional, siendo obligatorio en la educación básica, kínder, primaria y secundaria, logrando con esto la ruptura o desintegración de las familias, sociedad y usos y costumbres.

Forero (1994) señala que una de las características de la religión católica, es que sus prácticas cumplen con una función de cohesión social no como una parte de una organización religiosa, sino sociocultural, política y económica de las comunidades. La integración es una de las formas de mantener, conservar y confirmar la identidad, que se da en tres procesos continuos, mediante la conservación del grupo a través del tiempo, el reconocimiento de la diferencia ante los otros, y la identificación de los individuos de su grupo.

Las particularidades de los otomíes del Estado de México, se reflejan a través de las fiestas, las relaciones territoriales, la pertenencia a la comunidad, el culto a los santos, a los cerros, a la naturaleza y a los cuatro puntos cardinales, siendo esta una semejanza con el rito bizantino y por la cual ha sido muy bien aceptado por este grupo.

Así como hay un santo para el municipio, cada comunidad tiene su propio santo y su oratorio. Los santos de los oratorios asumen el compromiso social a partir de un compadrazgo, un padrino (parentesco ritual). Los santos y lo oratorios adquieren un rasgo de consanguinidad interpersonal e interfamiliar, siendo parte importante dentro de la organización de los otomíes, conservando los rituales de los santos e imágenes religiosas como en el caso de Temoaya, en donde la festividad de Santiago Apóstol (25 de Julio) tiene gran trascendencia en la región otomí, en ella convive tanto la población otomí como la mazahua, con la no indígena y mestiza. Esta festividad se lleva a cabo del 24 de julio al 5 de agosto con procesiones de los barrios organizadas por, los fiscales respectivos y encabezadas con el Santo Patrón del barrio hacia el templo de Temoaya. La fiesta dura 12 días y se celebran misas en cada día a cargo de las comunidades o barrios participantes.

En las fiestas se observan diferentes aspectos de la cultura otomí, como la lengua, el vestido, la organización y la participación de los propios otomíes.

Los rituales de estos pueblos otomíes están constituidos en un terreno de simbolismo cósmico, orientado y dividido en tres niveles: cielo (jitsi), tierra (joi), y el mundo de abajo (mui joi) en donde los vivos y los muertos disputan. Con la llegada de los españoles la religión otomí seguía viva, y hasta la fecha algunas de esas creencias siguen en pié, y donde de una manera muy sencilla se puede inculturar el cristianismo aprovechando estas creencias que en nada se contraponen con las enseñanzas del Señor Jesús, y de la tradición primitiva de la Iglesia orotodoxa. Siendo una de estas creencias la de los difuntos que visitan a sus familiares vivos.

Así coincidiendo con la festividad de los fieles difuntos (2 de noviembre), los otomíes están obligados a colocar una ofrenda a los familiares que han fallecidos. Esta festividad empieza entre los otomíes el 31 de octubre, siendo el día de los niños no bautizados (los limbos) y los que murieron en un accidente. El uno de noviembre a los niños que fueron bautizados y a los adultos. La noche del 1 al 2 se celebra el rito de la velación, los familiares acuden a los cementerios donde llevan parte de la ofrenda y las ceras, que encienden y velan toda la noche o muy entrada la madrugada. El día 2 la visita y despedida en los cementerios, con la celebración de la Divina Liturgia y el rezo de responsos por los difuntos.

Mons. ++Serafín
Obispo de Toluca (México) - Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava

viernes, 23 de octubre de 2009

Sergio Fritz Roa - Literatura y Tradición


Literatura y Tradición
Introducción al ensayo.

Durante el año 2004, tomando a cargo la organización de la “Semana Guenoniana de Buenos Aires”, realizadas en la Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina, invité por entonces a un joven investigador y escritor de la corriente de pensamiento tradicional: Sergio Fritz Roa, de Santiago de Chile. Por entonces, su publicación virtual “Bajo los Hielos”, comenzaba a tener una presencia constante en el ámbito de la red, donde escritores de una gran variedad de países y temas abordados, estaban presentes en ella.

Los años pasaron y hoy Sergio es un referente destacado en Sudamérica y a nivel internacional no sólo en la difusión de los estudios tradicionales, sino también como referente investigador del mismo. Como bien se sabe, no existen muchos medios para la difusión de dicha corriente de pensamiento, en tanto que las universidades con una orientación fuertemente modernista y “cientificista” han cerrado las puertas. Pero, gracias a la labor sería y perseverante de personas como Sergio, hoy las universidades y centros de estudios no pueden dar vuelta el rostro a una realidad que es el PENSAMIENTO TRADICIONAL. El escrito que reproducimos a continuación, es la conferencia dictada por él en el año 2004 en la 3ra. Semana Guenoniana de Buenos Aires; la misma refleja un ámbito de expresión creado por él en su publicación “Bajo los Hielos” que en otros sucesivos trabajos seguiremos desarrollando a través de la Academia Concordia de las Artes y las Ciencias, ahora hermanada con el Centro de Estudios de Disciplinas Tradicionales que preside Sergio Fritz Roa.
++Mons. Teofano


Agosto de 2004 - Sergio Fritz y su esposa junto con el organizador de la jornada y el Lic. Sebastián Zurutuza, tomando un cafe en un lugar de Buenos Aires


Literatura y TradiciónSergio Fritz Roa (*)

Primero que todo, deseo expresar el agradecimiento más sincero a todos los amigos argentinos que han hecho posible mi humilde presencia en este congreso, evento que, sin duda, marcará un hito para los estudios tradicionales en América. No es común en la actual edad oscura la reunión de tantos buscadores de la Luz, como en este instante y lugar acaece.

En la medida que el Kali Yuga se extiende con mayor fuerza presenciamos una de las caras más asombrosas del juego cósmico o Maya; pues, si bien es efectivo que las sombras son más generales, existen por el contrario posibilidades insospechadas para aquella minoría que insiste en hallar ese resplandor ígneo que es la Tradición. De allí que podamos reunirnos.

Acceder a la Gnosis hoy es en cierto sentido más fácil que en otros tiempos, dada la difusión del conocimiento; y, sin embargo, pocos son quienes anhelan comprender en serio - es decir con implicaciones prácticas - lo que Dios nos quiere decir.

En esta oportunidad queremos centrar la exposición en un tema relativo a la Tradición y que para muchos de los que aquí están presentes tendrá importancia, o, al menos, despertará una que otra reflexión. Nos referimos a un matrimonio que a veces está bastante mal, y que incluso en los tiempos modernos piensa divorciarse: la labor literaria y la Tradición.

Pues, más allá de toda potencial controversia, cierto es que entre ambos continentes existen conexiones subterráneas, pórticos que nos permiten ingresar a senderos luminosos, donde la irradiación del Verbo divino o Logos se extiende con toda su fantástica fuerza.

La creación literaria (es decir, el milagro que se plasma en un poema, un relato o en una novela), las raíces esotéricas de ciertas obras, el simbolismo y el destino de la literatura en las horas próximas, son algunos puntos que se tratarán a continuación. Con una finalidad ordenadora hemos fijado los siguientes capítulos, haciendo presente, desde ya, que, en virtud de la vastedad de las interrogantes que surgen del objeto de estudio, es prácticamente imposible responderlas con la rigurosidad deseada. Solo insinuaremos corrientes interpretativas, dando un marco teórico mínimo que nos ayude a navegar en este cosmos conceptual.

En fin, los capítulos sobre los cuales versará esta ponencia son:

1) PARTICULARIDAD DE LA LITERATURA;
2) EL ARTE DE SER POETA;
3) GNOSIS REVELADA Y GNOSIS DESCIFRADA. EJEMPLOS DE HERMENÉUTICA TRADICIONAL; y
4) SOBRE EL DESTINO DE LA LITERATURA

1. Particularidad de la Literatura

Entre las artes, las letras - como la música - juegan un papel preponderante. Tan cierto es esto que incluso en nuestro mundo occidental moderno, ser escritor aun conlleva un halo de respeto. Las semejanzas entre dichas artes son muchas, y aun cuando no pretendemos extendernos en ellas, demos como ejemplo el hecho que ambas industrias siguen siendo de las más "interesantes" para el comerciante, junto con otras más estruendosas como la empresa armamentista.

Pero, como ha ocurrido con las antiguas ciencias tradicionales (recordemos el caso de la astrología de los pueblos orientales que derivó en charlatanería en la Europa posterior a la Edad Media; que la Alquimia fue transmutada por los "sopladores" en la química actual; que la ciencia del Tarot perdió con el tiempo su sentido profundo para ser en la hora presente un desconocido conjunto de imágenes usado profanamente para inciertas adivinanzas donde el psiquismo juega un papel evidente; etc.) la literatura también parece haber desvanecido su noble estampa, para extraviarse en un laberinto semántico cuyo modelo es la bíblica Babel. Ensimismada en su aparente triunfo, absorta en los malabares estilísticos, atrofiada por la innovación reiterada - lo que viene a ser lo mismo que una poco fértil creación - y ávida de mal gusto, la literatura ha caído en una sima donde habita lo lúgubre.

¿Es éste el fin último o quintaesencia de lo que llamamos literatura? Indudablemente, la literatura es más de lo que sugieren los expertos y críticos. Pues la verdadera obra no muere en el texto. Así como la música repercute el cuerpo sutil del hombre, incluso una vez lejos del teatro; el auténtico escrito poético tocará estados sutiles del ser, especialmente aquel substrato de por sí indefinible que es la conciencia.

La verdadera literatura funda su origen de una u otra forma en los textos sagrados. Y éstos en el Verbo.

Así, la apertura al Evangelio de San Juan nos dice que en un principio era el Verbo. Del mismo modo enseña la Carta a los Hebreos (1, 3): "El (Dios), cuya palabra poderosa mantiene el universo..."

Tal es la fuerza del Verbo, que según el Bundahishn - uno de los principales libros zoroastrianos - el canto de la oración sagrada "Ahunvar" de parte de Ahura Mazda u Ormuzd le permitió la victoria sobre el sombrío Ahrimán a los inicios del Año Cósmico. Ahunvar es lo opuesto a la Palabra Mendaz o Mentira; dato que hemos de considerar por sus implicancias. En efecto, Verbo y Verdad han de identificarse, como veremos más adelante cuando propongamos como nota esencial de la Poesía Trascendente el uso de los tres trascendentales platónicos - Verdad, Bien y Belleza -.

Pero ¿qué es el Verbo, "palabra poderosa" o "palabra verdadera"? ¿No es acaso la "palabra perdida" que buscaban alquimistas y masones? El esoterismo nos puede ayudar en esta búsqueda; y así podemos expresar que es la sustancia primordial de donde todo surgirá, algo así como una fuente de donde manan diversos riachuelos, siendo cada uno de éstos una posibilidad.
El Verbo, en verdad, es un misterio; tanto como lo es el silencio, del cual muy poco se dice, siendo en las grandes obras poéticas y novelísticas uno de los elementos fundamentales. La Palabra o Verbo tiene la virtud de crear, insinuar, recrear. Por algo los Poetas fueron considerados antaño profetas. Hoy, sin embargo, el escritor ha devenido en muchos casos, más allá de su consagración en los mass media, una figura palurda y triste incapaz de reconocer la belleza.

La decadencia de las letras modernas es, entonces, muestra de la decadencia del hombre moderno.

¡Para qué ocultarlo!

Pero, por favor, que no se nos mal entienda... Decir aquello no implica negar la existencia de grandes paladines literarios en los tiempos últimos. ¡Nada de ello! ¿Acaso podríamos renegar nuestra sincera admiración por la melancólica voz de Novalis, la alquímica redención que se plasma en los versos de O. V. de Milosz, las atmósferas preternaturales de Poe, los laberínticos cuadros de Hermann Hesse, la daga certera de Hölderlin o ese universo numinoso que creó H.P.Lovecraft? Por ello, sentenciar sin más que la literatura actual nada positivo tiene que ofrecer, sería erróneo. Aun cuando innegable es la caída generalizada del Espíritu en los momentos modernos, la semilla de la Verdad surge milagrosa, como esas plantas del árido desierto de Atacama.

Lo mismo ocurre con los grandes esoteristas. René Guénon, Julius Evola, Schwaller de Lubicz, Canseliet, Corbin, Schuon... Hace no mucho - y más allá de sus diferencias, determinadas sin duda por sus propias "ecuaciones personales", para usar una expresión evoliana - estaban vivos, intentando dar luz, más luz, a una era agónica.

Y, sin embargo, lo que aquí queremos acentuar es que la presencia de dichas figuras es una excepción en los ambientes cultos.

Pero volvamos a la idea planteada originariamente en torno a la literatura y a los libros sacros. Y enunciemos un postulado: Toda auténtica literatura ha de tomar de dichos escritos un aire inspirador.

Tal vez esto sea considerado inverosímil, por algunos. Pero, ¿acaso no existe un ritmo o fuerza mítica en las obras más interesantes de los escritores contemporáneos? Pareciera que de una u otra forma, los Libros Sacros son el incienso que respiran unas tales creaciones. Así, por ejemplo, la literatura fantástica - que es en nuestro juicio la región de la lírica moderna que contiene mayor presencia de símbolos tradicionales -, cuenta con buenos ejemplos de ello. Demos algunos.Lord Dunsany en su magno Cuentos de un Soñador es puro Viejo Testamento. J.R.Tolkien en su trilogía El Señor de los Anillos revive la antigua lucha bien y mal, que fue descripta previamente en el Avesta, en las Eddas, y en la Biblia. C.S. Lewis con sus Crónicas de Narnia rememora el símbolo crístico a través del león Aslan, quien también es sacrificado y luego conoce la resurrección.

Por otra parte, el poder del simbolismo como de ciertos datos tradicionales, se encuentra en abundancia en determinados escritores de esta área literaria. Mencionemos solo a dos. El primero, un norteamericano. El segundo, un inglés.



H.P. Lovecraft



H. P. Lovecraft se refiere a las batallas anteriores a la llegada del género humano a nuestro mundo, el temor a la grandeza del cosmos, como además indaga en la simbología de los laberintos, la literatura oculta, los centros geográficos del Mal ( lo que nos recuerda a las Torres del Diablo, las que el explorador William Seabrook dará a conocer en Occidente y que constituirá una de las grandes preocupaciones - así lo revelan sus cartas - para René Guénon ). Edward Bulwer Lord Lytton, autor de la célebre novela Zanoni, postula en su libro La raza venidera la existencia de seres intraterrestres poseedores de poderes inconcebibles para la humanidad, originados por una misteriosa energía llamada Vril, la cual es capaz entre otras cosas de dar luz en las tinieblas y ser usada como un arma de terribles consecuencias, incluso capaz de destruir naciones enteras. Los Vril-ya habrían huido al interior de las cavernas hace miles de años, debido a cataclismos que golpearon nuestro planeta. La sociedad de los Vril-ya se rige por un Consejo de Sabios. Todos estos datos serán de interés para cualquier estudioso de la Tradición, pues fácilmente hallará una similitud con lo dicho por los esoteristas René Guénon en su libro El rey del mundo , Saint-Yves d´Alveydre en Misión en la India, y por Ossendowski en Bestias, hombres y dioses.


Digamos que los libros sagrados contienen la sustancia que al escritor le interesa; pues, ¿ acaso no está allí la Verdad, el Bien y la Belleza?


Pero esto no es todo. Habrá que destacar otro paralelo entre religión y labor literaria. Y es la que se ha insinuado en un artículo de nuestro colaborador Julio Figueroa Cofré: la misión profética del escritor. Ello es evidente en algunos casos más que en otros. Como bien destaca nuestro amigo, un buen ejemplo sería el portugués Fernando Pessoa, de quien se ha dicho que pertenecía a sociedades herméticas . Un último aspecto que hemos de destacar es el siguiente. La opus poética en sí misma implica un alejamiento del "mundo cotidiano" para captar realidades más sutiles e intangibles. De allí, el retraimiento o soledad del poeta, que los románticos elevarán a cualidad intrínseca de todo verdadero escritor.


Nos parece ilustrador de aquel sentimiento lo que sugiere el chileno Cristián Arregui Berger en su poema "Ser poeta es haber jugado solo".


Escuchemos:


"Ser poeta es haber jugado solo
un juego que no calzó con la multitud
Es haber nacido en la puerta giratoria de los espejos
dándose de cabezazos con la propia imagen
Es presentir que al otro lado habrá alguien más
Siempre ese alguien másque se nos pierde en la espera
como un verso que olvidamos escribir" .


Es lo que quise expresar en mi novela "El jardín de trincheras", en el capítulo "Tras un mito". El narrador, llamado simbólicamente Kshatriya, expresa:

"Toda época, lo deberíamos recordar, posee un mito. El de los jóvenes vagabundos entre quienes milito, será el de nuestro tiempo.

"Nos verán caminar cansados de tanta reflexión. Cargados de luceros y esperanzas añejas."Por nuestro mirar nos reconocerán. Portamos el Signo de Caín en nuestra frente."Raza o estirpe maldita por años de incomprensión. Aviadores de un nuevo sueño. Contemplaremos los mares de nuestro amado Sur, con respeto. Urdiremos leyendas. Pocos nos seguirán, pues somos aristócratas y no queremos la multitud indisciplinada".

Esta nostalgia del ser, deriva del reconocimiento del poeta de pertenecer a una otra Patria. Se añora lo que no se tiene, lo que se ha perdido.

El Paraíso, tierra del Verbo.

2. El arte de ser poeta

Hablemos ahora del poeta y del proceso literario. La literatura auténtica, es decir aquella que los miembros de la revista Bajo los Hielos, llamamos Poesía Trascendente, es homologable al trabajo alquímico.

Quizá una de las mejores definiciones de Alquimia es aquella que recordaba una y otra vez Eugéne Canseliet, discípulo del misterioso Fulcanelli, y que tomaba del Lexicon Alchimiae:

"La Alquimia es la separación de lo impuro de la sustancia más pura".

La literatura, sin duda, confirmará dicho concepto y lo hará suyo. ¿No es acaso la búsqueda de la pureza o armonía el sentido teleológico del escritor? ¿No es el poeta un artista que trabaja la materia prima de la palabra para dotarla de fulgor y llama? Separar lo impuro de la sustancia más pura...

¿Pues podría el auténtico poeta omitir las tres etapas del proceso alquímico: nigredo (o muerte mística), albedo (o purificación) y rubedo (es decir consagración o plenitud del ser)?

¿Acaso no hay hermandad entre las categorías fundamentales de las que nos habla la Tradición y que son: Verdad, Bien y Belleza, tríada que creemos todo escritor ha de intentar plasmar?

Es en el primer sentido de búsqueda, es decir la Verdad aquel que el filósofo Martin Heidegger - autor no exento de intuiciones metafísicas, más allá de su excesivamente complejo léxico - quiere rescatar para la poesía. Por ello es cierto lo que Arion L. Kelkel dice al analizar la obra del profesor alemán:

"El poeta es el hombre que ha dejado de ser un frente a , una vez que se entrega a devolver la palabra a las cosas en cuanto cosas, haciéndose, en cierta manera, el eco de la viviente y elocuente vibración del Ser".

Esta Verdad es develada por el poeta, quien le entrega a las palabras su sentido más íntimo, indagando en su propio ser lingüístico. Tarea ardua, que alejará al artista de todo aquello que es superfluo, accesorio. De ahí que es imprescindible un verbo depurado, alejado de todo artificio trivial o formalismo excesivo. Los sabios indican que la Verdad es más simple de lo que creemos inicialmente. ¿Por qué entonces ese gusto literario moderno de "complejizar" el texto? ¿Por qué esa laberíntica geografía que no lleva a ninguna parte sino a la prostitución del Verbo?El poeta al librar las palabras de su carga idiomática falsa, les reviste de Luz, sustancia solar que alimenta al corazón.

Y luego de hacer aquello, deberá perseguir el Bien. Esto puede entenderse en un sentido moral, por cierto. Pero además ha de hacérselo en su implicancia de "corrección", "sujeción al orden". Bien y Belleza son en un contexto tradicional sinónimos de simetría.

El estudioso Ananda Coomaraswamy explica este punto de la siguiente forma:

"Por tanto, nos encontramos al principio con el problema de la finalidad del arte y del valor del artista en una sociedad formal. Esta finalidad es en general el bien del hombre, el bien de la sociedad y, en particular, la satisfacción ocasional de una necesidad individual. Todos estos bienes corresponden a los deseos de los hombres: de modo que lo que se produce efectivamente en una sociedad dada es una clave para comprender qué concepción del fin de la vida rige en esa sociedad, la cual en este sentido puede ser juzgada por sus obras, y mejor que de cualquier otro modo. No puede caber ninguna duda acerca del objeto del arte en una sociedad tradicional: cuando se ha decidido que se debe hacer tal o cual cosa, el modo correcto de hacerla es con arte. No puede haber un buen uso si las cosas no están correctamente hechas".



El gran pensador tradicionalista Ananda Coomaraswamy


Al escritor le es permitido cierto grado de innovación. Pero siempre dentro de los esquemas dados por la corriente literaria de la que es parte y sin que dicha novedad implique un sin sentido o inutilidad. Es decir, tal cambio deberá ser necesario. Incluso esto es aplicable a una sociedad alejada de su origen como es la moderna. De allí que se diga que un Neruda o un Borges son continuadores de una tradición hispánica, más allá de las posibles creaciones que hayan hecho, más allá de su gusto por lo anglosajón en el caso del segundo... Se permite entonces una diferenciación, pero siempre que busque una finalidad superior. Ello es así por cuanto el arte por el arte no es argumento suficiente. El arte como toda esfera de conocimiento y práctica tradicionales ha de aspirar a ser regido por principios divinos; sólo así el arte salva, o, mejor aun, sirve como eficaz herramienta para la redención, al ordenar el propio ser a través de trabajos externos y una disciplina interior férrea.

Ahora surge una pregunta, en relación con el tercer principio trascendente aquí enunciado: ¿la Belleza es algo subjetivo? Y, segundo, ¿ella solo es apreciable sensiblemente? Coomaraswamy otra vez nos ilumina el sendero:

"El reconocimiento de la belleza se basa en el juicio, no en la sensación: la belleza de las superficies estéticas reside en aquello de lo que están informadas y no en las superficies mismas. Cualquier cosa, ya sea natural o artificial, es bella en la medida en que es realmente lo que pretende ser, e independientemente de toda comparación; o es fea en la medida en que su forma no está expresada y realizada en su realidad intangible. De acuerdo con esto, la obra de arte es bella en términos de perfección, o de verdad y aptitud como se han definido más arriba; una cosa inadecuada o vaga no puede considerarse bella, por mucho que la valoren aquellos que...".


3. Gnosis desvelada y Gnosis descifrada.

Ejemplos de hermenéutica tradicional. Luego de haber delineado la especificidad de la Literatura dentro del conocimiento y lo que debe ser un Poeta, se impone esbozar dos conceptos que creemos primordiales en el tema de nuestra exposición.

Nos referimos a las ideas de Gnosis Revelada y Gnosis Descifrada. La Gnosis - aclaremos de inmediato - aquí debe ser entendida como la voz misma de Sophia, es decir la cualidad que los hindúes llaman Jnani - concepto que por tanto nada tiene que ver con las sectas que fueron llamadas "gnósticas" y que proliferaron especialmente durante el cristianismo primitivo -.

La Gnosis es el conocimiento espiritual, y, por tanto, no cualquier entendimiento. Ella se opone al "saber ignorante" que predomina en los áridos medios intelectuales modernos.

Y llega al hombre, como dicen los alquimistas, o a través de la enseñanza de boca a oído conferida por el Maestro al discípulo (es decir por la vía de transmisión, que constituye la entidad misma de lo que denominamos tradición) o a través del Donum Dei, Don de Dios, que no es otra cosa que la revelación hecha al hombre por Dios directamente o por un ángel (el Kidhr islámico; y que en Occidente podemos hallar de alguna forma en la idea de Elías Artista, del cual nos habla Paracelso, los auténticos rosacruces y los filósofos por el fuego).

Esta es la Gnosis Revelada o Transmitida.

Pero hay una otra Gnosis; que llamaremos Descifrada. Ella se refiere a la hermenéutica tradicional misma. Y es la ciencia que permite captar los sentidos íntimos y últimos del Logos. Está directamente relacionada con lo que se llama "el lenguaje de los pájaros" y con la "Cábala hermética" (distinta a la Kabbalah judía, que se circunscribe a una sola forma tradicional), ciencia de la que nos hablan Fulcanelli y Canseliet.

Este "lenguaje de los pájaros" es la "palabra perdida" a la que nos hemos referido hace algunos momentos; y es la expresión de un conocimiento que sólo lo poseen los grandes Adeptos.

Dado que este asunto dice plena relación con nuestra exposición, ahondemos un poco en ello.

Fulcanelli en sus libros "El misterio de las catedrales" y "Las moradas filosofales" saca a la luz una enseñanza oculta para la mayoría. Se refiere a un mecanismo de interpretación de las frases y palabras de ciertos autores consistente en buscar el sentido primordial de ciertas expresiones. Así, por ejemplo, la palabra "gótico" que se relacionará con un arte específico, muy querido por Fulcanelli, derivaría de la palabra "argot" o "arcot", la cual si la descomponemos nos dará el significado esotérico. Y así es la suma de las palabras: "ar" (arte) y "cot" (luz). De esta manera: "el arte gótico es, en efecto, el ar got o cot (χο), el arte de la Luz o del Espνritu" . Previendo una posible crítica a tal metodología, el insigne alquimista dirá: "Alguien pensará, tal vez, que éstos son simples juegos de palabras. Lo admitimos de buen grado. Lo esencial es que guían nuestra fe hacia una certeza, hacia la verdad positiva y científica, clave del misterio religioso, y no la mantiene errante en el dédalo caprichoso de la imaginación. No hay, aquí abajo, causalidad, ni coincidencia, ni relación fortuita; todo está previsto, ordenado, regulado, y no nos corresponde a nosotros modificar a nuestro antojo la voluntad inescrutable del Destino. Si el sentido corriente de las palabras no nos permite ningún descubrimiento capaz de elevarnos, de instruirnos, de acercarnos al Creador, entonces el vocabulario se vuelve inútil. El verbo que asegura al hombre la superioridad indiscutible, la soberanía que posee sobre todo lo viviente, pierde entonces su nobleza, su grandeza, su belleza, y no es más que una triste vanidad". Y más abajo:

"Añadamos, por último, que el argot es una de las formas derivadas de la Lengua de los pájaros, madre y decana de todas las demás, la lengua de los filósofos y de los diplomáticos. Es aquella cuyo conocimiento revela Jesús a sus apóstoles, al enviarles su espíritu, el Espíritu Santo. Es ella la que enseña el misterio de las cosas y descorre el velo de las verdades más ocultas. Los antiguos incas la llamaban Lengua de Corte, porque era muy empleada por los diplomáticos, a los que daba la clave de una doble ciencia: la ciencia sagrada y la ciencia profana. En la Edad Media, era calificada de Gaya ciencia o Gay saber, Lengua de los dioses, Diosa-Botella . La Tradición afirma que los hombres la hablaban antes de la construcción de la torre de Babel, causa de su perversión y, para la mayoría, del olvido total de este idioma sagrado. Actualmente, fuera del argot, descubrimos sus características en algunas lenguas locales, tales como el picardo, el provenzal, etcétera, y en el dialecto de los gitanos" .



El gran escritor sobre alquimia: Fulcanelli



A continuación queremos hacer patente uno de los muchos ejemplos que sería factible entregar sobre hermenéutica tradicional. El presente lo hemos tomado de uno de los poetas más preclaros del siglo XX: O. W. de Lubicz Milosz. Veamos solo el discurso preliminar de su escrito "La noche de Navidad de 1922 del Adepto". Dicho poema es una conversación entre el Adepto y Beatriz. El Adepto es el hombre instruido, avanzado, en la sabiduría de Hermes. Beatriz representa el ideal de la Sabiduría, identificable también con Belleza.

La primera observación que podemos hacer se refiere al hecho que acaezca durante la noche de Navidad la entrevista. Con ello quiere indicar el autor un hecho importante para el mundo occidental, pues se refiere nada menos que a la fecha en que el Hijo del Señor nace. Así Lubicz encuadra su obra en la tradición cristiana. El Adepto comienza su discurso así:

"¡Hagamos - siete veces por el pasado y por nuestros tres venideros días, tres veces - la señal, la señal!, la nutricia señal aplacadora, refrescante - nuestras manos, nuestras frentes, nuestros corazones -, ¡la señal vencedora de la Cruz!..."

Detengámonos aquí por un instante.

La numerología podrá ayudar a descifrar este bello trozo. El siete suele asociarse con una cantidad innumerable de símbolos. Por ejemplo, los siete planetas del mundo antiguo, los siete cielos de algunas cosmologías arcaicas, las siete notas musicales, los sietes escalones del rehue mapuche, los siete Amesha Spentas del Zoroastrismo (siete y no seis, pues debemos agregar a Ormuzd como uno de ellos, como acertadamente dice Henry Corbin) los siete chakras del Yoga Tántrico, etc. Pero vayamos a la tradición hermético-alquímica que el poeta usa. Entonces, ¿qué significación posee este número para la Alquimia? De partida los siete días del Génesis. Los alquimistas nos hablan de los siete regímenes que comprende la Gran Obra. A cada régimen le corresponde un nombre. Según Ireneo Filaleteo los regímenes son los siguientes: Mercurio, Saturno, Júpiter, Luna, Venus, Marte y Sol . También el siete alude a la cantidad necesaria de sublimaciones. Y, por último, a los pasos de la preparación propiamente tal, que son: destilación, solución, putrefacción, negro, blanco, rojo (multiplicación, fermentación) y proyección .

Escuchemos ahora, la voz emocionada de Canseliet, quien admirablemente compara las notas musicales con el trabajo hermético y los siete días de la creación: "Ya no tengo dudas ahora, mi buen viejo, y si Dios lo quiere tendré este anochecer la confirmación, el negro dura 6 días y la hebdomas hebdomadum de los Adeptos, que termina el 7° día, el del reposo, es muy real. En el curso de este último deben sucederse rápidamente las dos etapas del blanco y del rojo, con, ciertamente, la ausencia de toda dificultad que recuerda la quietud del domingo o día del Señor. Es así que deberé escuchar este anochecer la nota que cierra el último día del trabajo, es decir la 6ª, al mismo tiempo que la serie sonora cuyo crescendo se ha mostrado tan seguramente sensible a mi oído como la progresión graduada del peso y del calor en su constante sincronismo".

A continuación da los pesos como la correspondencia con la nota musical emanada del vaso hermético.

Canseliet no ajeno a las otras Artes, especialmente la literatura, entrega una luz formidable a quienes son capaces de ahondar en el esoterismo de las palabras. Atendamos la sugerencia del noble francés en torno al significado último de la palabra Poesía:

"Qué prodigiosa armonía la de esta operación, qué suave poesía igualmente, cuyo vocablo griego revela sin ambages, la esencia no solamente abstracta y metafísica, sino también positiva y científica: ποίησις, Poiesis, confección, ejecución, operación" .

Sobre el número tres al que se alude en el relato de Milosz, muchas cosas podrían decirse (de partida recordar los tres principios alquímicos que son: mercurio, azufre y sal), como también respecto de la cruz, objeto que ha analizado con detalles René Guénon en la obra intitulada "El simbolismo de la cruz". Pero en virtud del tiempo de esta ponencia nos parece preferible indagar ahora en la proyección del arte literario.


4. Sobre el destino de la literatura


La literatura como toda posibilidad de expresión de simbologías tradicionales, no está inmune de ser destinada a un objetivo del todo contrario a su razón de ser. Ello predomina en nuestros tiempos, en los que el apego a lo meramente sensual se constituye soberano.

Podemos tomar de René Guénon unas frases, las que sin duda alguna pueden referirse también a lo ocurrido en la lírica.

"La "geografía sagrada" - dice el tradicionalista Guénon - cuyo conocimiento determina tal elección, es, como toda otra ciencia tradicional de orden contingente, susceptible de ser desviada de su uso legítimo y aplicada "a la inversa"... "Este peligro de inversión de ciertos conocimientos, del cual encontramos aquí un ejemplo muy claro, explica por otra parte, digámoslo al pasar, muchas de las restricciones que son algo completamente natural en una civilización normal, pero que los modernos se muestran totalmente incapaces de comprender, puesto que atribuyen comúnmente a una voluntad de "monopolizar" estos conocimientos lo que no es en realidad más que una medida destinada a impedir que se abuse de ellos tanto como fuera posible. Además, y a decir verdad, esta medida solo deja de ser eficaz en el caso en que las organizaciones depositarias de los conocimientos en cuestión, dejan de penetrar en su seno individuos no cualificados, e incluso, como acabamos de decir, a agentes del "adversario", uno de cuyos objetivos más inmediatos será precisamente entonces descubrir sus secretos". La literatura actual para ser tal tiene que implicar un riesgo; es decir, destinar su voluntad al fuego emancipador o sumirse en la extinción; de manera que el simple acto de escribir no pueda llamarse más literatura.


El gran pensador tradicionalista francés René Guenon (foto 1925)



¿Qué hacer, entonces? Muy simple. Restituir el carácter sacro al proceso creacional. Por tanto, habremos de limpiar, depurar, el Logos del mero esculpir palabras. Ello será labor de años, pues las taras de tipo racionalista han de ser excluidas. Pero no solo bastará transformar el texto y su sentido; sino se deberá hacer extensiva dicha exigencia a la vida. Pues, ¿acaso la Poesía solo está en el papel? Si así pensamos, quiere decir que confrontamos radicalmente el ser del hacer, creando esferas de distinción donde no debiera haberlas. No. La Poesía - o verdadera literatura - es proceso depurador que implica el cambio del propio artista. Ya estaban en búsqueda de aquello los poetas franceses. Leamos lo que dice un notable estudioso: "A ojos de Rimbaud o Mallarmé, la alquimia poética fue - a pesar de su estetización - un intento desesperado de restituir a la literatura la potencia creadora del Verbo" . Sin embargo, y aun cuando hemos de aplaudir una genial intuición de parte de ellos, no hay duda que aquello que desconocían no era menos importante. Nos referimos al estudio de las espiritualidades tradicionales; estudio que comprende por cierto no el mero dato tradicional sino la práctica de una disciplina espiritual válida. He aquí que nos encontramos frente a una barrera singular y esencial que los artistas modernos evaden: la adopción de una forma tradicional regular. Aun cuando su omisión no acarrea la nulidad de sus trabajos, no hay duda en que ello le daría un "peso" distinto a sus obras, otorgándoles muchas veces un significado espiritual concreto y técnicamente exacto. Pareciera que aquella cualidad de pretendida autosuficiencia que Guénon consideraba pertenecer a los más rebeldes de los "kshatriyas" se hace extensiva a los Poetas actuales; pues los sumerge con demasiada frecuencia en sí mismos, impidiéndoles ver otros contenidos más sutiles y superiores al propia individualidad. Algo de lo que los psicólogos denominan narcisismo se vislumbra en esta actitud. Legítimamente uno podría exclamar ¡qué diferencia habita entre el artista de la Edad Media que anulaba su yo, borrando su nombre, y nosotros, que veneramos la exigencia de incluir nuestro apellido! El carácter impersonal que destacaba René Guénon como una de las notas esenciales de la Tradición, es algo que de muy mala forma aceptarían los escritores actuales. Si bien es efectivo que la individualidad posee un grado de importancia, especialmente en Occidente, no es menos cierto que lo esencial está constituido por esa cadena que viene de tiempos inmemoriales - cuando podemos situarla en una dimensión temporal, pues es cierto que la Tradición es en otro aspecto más profundo una realidad no temporal - y que su fundamento invisible nada debe al ser humano. De allí que se diga que la Tradición es no humana. Ello por cuanto su fuente misma reside en Dios, aun cuando su Luz pueda manifestarse a través de las distintas formas tradicionales (Budhismo, Cristianismo, Islam, Judaísmo, religiones precolombinas, Taoísmo, Zoroastrismo, Hinduismo, etc.)

Habrá que dejar para otra oportunidad un tema que acompañará a los escritores durante toda su existencia: el deseo de lograr "fama". Esta palabra se ha convertido en el Olimpo que todo narrador desea alcanzar. Pues fama implica - o debería implicar - todo aquello que es querido por la mayoría: dinero, renombre, lujo. Un tal objetivo, en verdad, no es más que un espejismo, o, peor aun, una trampa para el artista que anhelamos surja en estas tierras australes.

Lo que hemos de buscar, entonces, no es el culto a nuestra individualidad . Quien haya leído a los sabios de todos los lugares y tiempos, entenderá que lo que en Occidente se llama individualidad, no puede considerarse como algo fundamental en sí mismo, sino un medio relativo en su eficacia, y, que, por tanto, no es susceptible de devoción. La función literaria es un Arte, como lo es la Alquimia - a la que sus Adeptos llaman "Arte Real" -, al cual nos hemos referido constantemente en esta charla. Esta palabra - Arte - que como decía Coomaraswamy implica "hacer bien las cosas", sí constituye un medio de implicancias esotéricas innegables.

¿Es posible restituir a la estética y simbología literarias su verdadero valor, su sentido de instrumento de Gnosis Trascendente? ¿Aun podemos enderezar el camino perdido, y volver al origen, al Paraíso benéfico donde el Logos habitaba y daba potencia y forma a las cosas?

La verdadera Poesía aun es posible. Solo basta estudio, humildad, corrección, el silencio oportuno, armonía y fe en Dios, quien para nosotros siempre será el Sumo Poeta.


(*) Sergio Fritz Roa es director del Centro de Estudios de Disciplinas Tradicionales y de la revista BAJO LOS HIELOS (Santiago de Chile)

Charla presentada en la "Semana Guenoniana de Buenos Aires. 2004", el día miércoles 11 de Agosto de 2004, en la Biblioteca del Congreso de la Nación, Buenos Aires, Argentina.


© 2004. Sergio Fritz Roa, por el texto

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