miércoles, 17 de julio de 2013

El Monacato como un movimiento de vida



EL MONACATO COMO UN MOVIMIENTO DE VIDA
Lic. Teología.  Jesús Manzano Plaza 
06/2013
Patriarcal Ateneo San Marcos



Uno de los Monasterios de Meteora ("Monasterios arriba del cielo") situados en el norte de Grecia, llanura de Tesalía, construidos alrededor del Siglo XIV


El Monacato se puede comprender como un movimiento que traspasa las mismas fronteras del monasterio, del simple lugar físico, incluso va más allá de un fenómeno religioso como tal. Como un movimiento o nueva tendencia, el monacato está originado en el rechazo a la forma como el cristianismo se empezó a organizar, vinculado al carácter mismo del estado romano como una estructura política. Esta situación hace que el emperador Constantino, que aprueba la religión, como religión oficial del imperio, pase los privilegios de las religiones paganas como estaba acostumbrado, al cristianismo. Si se es más fiel a la forma como se originó la vida cristiana desde los criterios del evangelio, no hay una mayor relación con el espíritu que inició Jesús y que siguieron las primeras comunidades cristianas, con este nuevo matiz del estado, perdiéndose así este espíritu del evangelio.

Si vamos más allá y vemos  la vida de los obispos cuando la religión se hace religión de estado,  la vida se da desde excesos de riqueza, privilegio social y político. Es claro que el inicio de esta clase de situaciones tiene que tener una voz de rechazo y de cambio que se van consolidando en los discursos de San Jerónimo, un ejemplo de vida ascética y de una teología clara sobre esta, que trae consigo discípulos y una forma más cercana a los inicios de la vida cristiana. También podemos citar, a mujeres de Roma, de grandes familias, que en este tiempo de San Jerónimo, ya practicaban costumbres ascéticas como Paula y Marcela considerando a esta última como ¨introductora de la vida monástica¨.[1] Este tipo de ascetismo empieza a tener una forma de contacto con otras regiones y a ampliarse, como en Egipto e Hispania. Igualmente también se formaron células ascéticas de diferentes estratos sociales de la sociedad romana. Los escritos de S. Atanasio sobre la vida de Antonio, ayudan a que este movimiento se viva en otras regiones al poderse leer un testimonio de la vida eremítica en los lugares donde se desconocía. Es claro que como todo un movimiento que podríamos llamar revolucionario en la época y en el tipo de sociedad fue perseguido por las mismas familias y juzgado por razones sociales ya que dar las riquezas a los pobres para vivir un movimiento ascético no era fácil de comprender si no se tenía buen conocimiento y más aún, una opción fundamental desde los valores del evangelio y las virtudes de vida.



Monasterio Simono Petras ("Simón es Piedra") fundado en el siglo XIV, esta situado en el Monte Athos, sitio donde se erigen mas de 20 monasterios en su gran mayoría antiguos.


Tanto en oriente como en occidente se da este movimiento del monacato, muchos de los que se hacen monjes ya antes habian tenido una vida, profesiones, bienes, matrimonio… otros jóvenes también inician una vida de monjes, otros son padres cristianos y otros nacen del paganismo. He definido este movimiento como un movimiento de vida, pues viene de Jesús mismo, de la comprensión del evangelio sobre las renuncias que se deben hacer para alcanzar una vida más plena, espiritual, también porque de alguna forma esa originalidad y espíritu de la vida cristiana se iba muriendo con el peso de la estructura política y de estado, con la vida pagana de los romanos y con la poca hermenéutica o más bien falta de criterio, de claridad, de sentido y finalidad de la vida cristiana.  

Un elemento importante que empieza a gestarse para las personas que toman la iniciativa de la vida ascética y para el monje,  es el desprecio por las riquezas, como una forma de rechazo a la escala de valores de la sociedad romana. Otro elemento es precisamente el rechazo de los valores clásicos de la sociedad romana ya que el cristianismo se ve entrecruzado y mezclado con la cultura pagana, el monacato es un rechazo al mundo de toda la cultura grecorromana, al lujo, al egoísmo a la ciencia mundana, al ansia del poder y de ocupar cargos civiles… de ello es un buen ejemplo Melania, la joven según los relatos de Geroncio, ¨el peso de tan grandes riquezas perecederas ocasionan la muerte¨.[2]

Por ello hay una razón lógica de retirarse al desierto, esta es precisamente huir de este tipo de vida romana, aunque muchos de los ascetas como en la región siria llevaron un tipo de vida al extremo hasta la muerte. Otra característica del monje es el vestido, confeccionado de un material áspero sin adornos. La austeridad en la comida es un buen rechazo a la forma como eran explotadas las clases pobres a costa de que las ricas llevaran una vida exageradamente opulenta, para ello hacían mucho ayuno y su comida era mínima y frugal un poco a ejemplo de Juan Bautista y Jesús en el desierto y en la forma de vida que siempre llevó. La necesidad de la caridad con el prójimo, hace que no estén desconectados de la vida y sufrimientos de las personas, estos llamados también anacoretas y cenobitas, se preocupaban fuertemente por la situación social del bajo imperio que era desastrosa. Estos viajaban, atendían enfermos, a los presos, a los necesitados, daban limosnas como en el caso de Melania que las enviaba a otros países vendiendo sus posesiones para hacer labores sociales y ayudar a los monasterios. También era una forma fuerte de oposición a la cultura pagana frente al conocimiento literario. Antonio como fundador de los monjes, no aprendía más lenguas que la nativa para no contaminarse de la cultura, los monjes vivían un tipo de analfabetismo con esa razón. Otro elemento era evitar tener cargos que traían consigo poderes, riquezas y títulos, incluso como en el obispado que pasará de padres a hijos. El monacato rechaza los cargos eclesiásticos, de la misma manera que el rechazo del control del emperador sobre la iglesia o servilismo de los obispos, de igual manera también personalidades eclesiásticas que quisieron vivir el monacato fueron rechazados ya que no cambiaban muchas de las costumbres con las que venían.


La bandera del Imperio Bizantino todavía flamea sobre los antiguos monasterios y skete (comunidad de ermitaños)  del Monte Athos


Es importante resaltar que los monjes vivían de su propio trabajo, desde diferentes oficios, esto ayudó al mismo crecimiento de los monasterios, en ellos se ve la importancia de no perder el horizonte con el cual se inició ya que estos crecen y se organizan fructíferamente. Un elemento muy importante que podemos resaltar es la riqueza litúrgica que surge en la vida del monasterio, los monjes se dedican a la plegaria, la salmodia, a una vida de oración en varios momentos del día, viviendo una absoluta independencia, no solo de la situación social y política de la cultura, sino también de la estructura religiosa, el monacato es un símbolo de rechazo y de un nuevo orden desde lo político, lo social y religioso que da un interesante giro a la vida cristiana.

Una buena lectura que podemos hacer del movimiento monástico es el lugar que ocupa la Teología para este desde una comprensión desde oriente. Por ejemplo para John Binns, si nos situamos desde oriente, el teólogo es el hombre que se dedica a experimentar a Dios, no a discutir sobre Dios, y el monasterio es el lugar teológico.[3] Este autor nos recuerda lo importante que ha sido el monasterio para la iglesia, y aunque en el mundo oriental en algunos lugares a parecido desaparecer por unos tiempos, siempre encuentra la forma de volver a figurar.  Binns, dirá que el monasterio es un ámbito de celebración litúrgica, que se fue convirtiendo en el centro de fortaleza espiritual para todos los creyentes, también es un centro de educación y estudio para las personas, aporta los futuros líderes, ya que solo de allí se pasa a la consagración de obispo, también son centros de hospedaje y espiritualidad, y centros de  actividad económica que proporcionan empleo a la población local en las tierras del monasterio. Una experiencia significativa para el origen del monasterio lo presenta el presente autor en la vida de Antonio de Egipto diciendo; ¨El honor de haber sido el primer monje se concede generalmente a Antonio de Egipto (ea. 250-356),¨ [4] aunque es posible encontrar ejemplos anteriores de este estilo de vida, según el autor desde su juventud en Egipto, Antonio se sintió conmocionado por dos pasajes de las Escrituras que escuchó en la iglesia: «Si quieres ser perfecto, ve, vende tus posesiones, y da tu dinero a los pobres... y después ven, sígueme», y «no te preocupes por el mañana» (Mt 19, 21; 6, 34). Muchas personas siguen el ejemplo de este hombre que dedica su vida, ¨al combate ascético, en lo profundo del desierto¨.



En las montañas de Asia Menor y Europa del Oeste, se pueden hallar antiguos monasterios ya abandonados que fueron construidos sobre la roca de las montañas y que supieron habitar cientos de monjes


El segundo personaje es Pacomio, que atrajo mucho por el modo cristiano de vivir, desde una experiencia de caridad y amor que ve en una comunidad. ¨ El movimiento monástico surgió como institución identificable en los cien años posteriores a las vidas de los dos primeros santos monásticos, Antonio y Pacomio¨.[5] El autor nos dice que es bueno comprender el surgimiento del monacato como una respuesta a la respetabilidad y universalidad del cristianismo.  Diferente a una iglesia del imperio, el monasterio seguía el estilo de una comunidad diferenciada como en el inicio del cristianismo, que desde el amor fraterno siguen el proyecto de Dios, con unos elementos muy sencillos en su forma de vida, aunque también con una vida activa en la sociedad desde la solidaridad con los necesitados y los enfermos, que a la vez hacían desarrollar sus alrededores en el trabajo y el comercio, tanto que el mismo imperio tuvo que reconocer su importancia, en cuanto al bienestar social que proporcionaban como en la generación de empleo, y para la extensión de las fronteras del mismo, se podría decir que fue una forma de confrontar y a la vez de apoyar al gobierno, pero fundamentalmente lo importante de los monasterios es que ocuparon un lugar fundamental en la vida, no solo de la iglesia sino de la misma sociedad.

Entre las características propias de vida del monasterio cito las palabras de Binns donde se expresa las dos formas esenciales de vivir el monacato: ¨ Dentro del monacato existen dos formas diferenciadas de vida. Esto se puede observar comparando las vidas de Antonio y Pacomio, y también podría entenderse que representa los dos grandes mandamientos de Cristo: en primer lugar, amar a Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerza. Y en segundo lugar, amar al prójimo como a uno mismo. El primero se corresponde con la vida de los ermitaños, o eremítica (del griego eremos, que significa tierra despoblada o naturaleza virgen). Y el segundo es la vida comunal, o cenobítica (del griego koinos bios, o vida en común). Para el eremita, seguir a Cristo significaba abandonar el mundo y vivir en soledad, siguiendo el ejemplo de Elías, o de Juan el Bautista, y de otros moradores del desierto, aunque esto no significaba necesariamente apartarse de los vecinos, puesto que la plegaria por éstos es una de las formas de amor al prójimo. Para el monje que se encuentra en un cenobio, o comunidad monástica, la vida cristiana estaba basada en el amor, y el amor sólo podía ser eficaz dentro de una comunidad ¨.[6]



 Catedral Metropolitana de San Pedro y San Pablo de la Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en la ciudad de San Pablo, República Federativa de Brasil - La misma es sede del Monasterio de la Venerable Orden de los Padre Eucaristinos.


En cuanto al sentido de la soledad para el monje su significado, no solo corresponde a una persona soltera, sino también a una persona decidida. Aunque también se habla de una tercera forma, la Laurita que estaría cercana a la traducción, sendero, en el que confluyen las diferentes ramas, los elementos comunes del monacato como movimiento de vida, siendo esta una integración de la vida de soledad y la vida de comunidad. Estas formas de vida se extienden por todo oriente, pero también crece hacia occidente con Juan Casiano, un sacerdote asceta gran viajero, que fundó la abadía de San Víctor de Marsella hacia el siglo V. Posteriormente el monje, S. Benito,  escribe una regla destinada a los monjes que permite dar criterios de unidad en los monasterios convirtiéndose en una de las más influyentes. ¨ La Regla de san Benito se convirtió en el modelo para toda la vida monástica en el Occidente. De hecho, en el Oeste, el término de «monje» se reserva generalmente para quienes siguen alguna de las formas de la Regla Benedictina ¨.[7]

El monasterio también produjo escritores que fueron guías de la vida ascética, ¨uno de los maestros de la vida espiritual más ampliamente leídos, fue Evagrio quien dirá: El propósito de la vida cristiana es el de recuperar la unidad de la mente con Dios, lo que se logra a medida que gradualmente nos liberamos de la prisión del cuerpo, y permitimos que nuestros intelectos retornen a su origen, y es en esto en lo que radica nuestra salvación¨.[8] Este colocará los conceptos clásicos de la espiritualidad cristiana. Debido a la amplitud del movimiento monástico solo se ha citado un breve resumen que trata dar darnos un pequeño marco de lo que significó para la vida cristiana del momento y lo que nos enseña para nuestro tiempo el monacato.



Catedral/Monasterio en San Pablo (Brasil) de la Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero, sede de la Venerable Orden de los Padres Eucaristinos



El monacato como un movimiento de vida cristiana deja una profunda reflexión a la dirección que tomó el cristianismo con el imperio, a la importancia de una fe exigente y seria, a la comprensión que se puede tener de teología como simple razonar de Dios, más que de vivir e interpretar la gracia de Dios en la vida, y de la compleja relación que hacemos con el evangelio en la cultura. Más allá de que la vida de las sociedades y culturas le aporten variedad de elementos a la vida cristiana, en ella ya hay una esencia que da vida al contexto social y responde a una variedad de situaciones sin ser diferente a la vida misma. El monacato no solo fue un movimiento revolucionario contra el cristianismo impregnado del imperio, también aporto a ese tipo de vida una visión diferente de desarrollo, sin confundir los fines con los medios. El monacato es un movimiento de vida, personal, común, para la iglesia y para todo aquel que siente una relación de unidad profunda con Dios, en la búsqueda de una vida más allá de lo contingente y lábil de la existencia humana a través de la fe.




[1] Blázquez José María, Intelectuales, ascetas y demonios al final de la antigüedad, Ediciones Cátedra S.A 1998, Pág. 233
[2] Cf. Ibíd., Pág. 239
[3] Cf. Binns, John,  Las Iglesias Cristianas Ortodoxas, Ed. Akal – Madrid – España – 2009. Pág. 2
[4] Ibíd. Pág. 3
[5] Binns, Op cit. 3,  Pág., 5
[6] ibíd., Pág. 8
[7] Ibíd. Pág. 12
[8] Ibíd. Pág. 15